La fábula de la muerte

El tipo sabia que era querido, sabia que era estimado pero aun así sus oídos necesitaban de esas palabras.
Era Viernes en Buenos Aires, despuntaba el primer calor del próximo verano en una de las tantas oficinas que la ciudad de la furia tiene dos amigas entraban a su trabajo, entonces una le pregunto a la otra si había vista a Claudio en los últimos días. La amiga contesto que no. Entonces empezó a averiguar, vía internet fue preguntando uno por uno a los amigos si alguien lo había visto. Se tenían noticias de hacia mas o menos tres días pero en ese lapso nadie sabia nada.
Se juntaron varios a almorzar y en esa comida coincidían en que no podían llamar a la casa. Claudio era un personaje de esos que la vida da, que la ciudad tiene como propios, esos que la misma calle gesta y los mantiene como parámetros vivientes de la propia ciudad. Pero que justamente por pertenecer a la calle no pertenecen a nadie en particular. Entonces por mas que en su haber figurara una dirección de domicilio no era allí donde habitaba sino que estaba en todos lados. Pero bien, estos amigos en pos de la búsqueda se centraron en el barrio, en el trabajo y en cada lugar donde pudieran hallar respuesta, pero la misma no llegaría sino hasta el lunes.
Era el comienzo de una nueva semana, la mañana menos querida de los 7 días, temprano, y como si hubiese un hilo mágico de conducción en 20 oficinas, tras las pantallas otras tantas personas abrían sus mails. El titulo del mismo era “por que?” el remitente era justamente Claudio.
El mismo decía....” ...he llegado al punto donde no encuentro fronteras que cruzar, donde no hallo motivos para buscar nuevas, donde aun poseyendo una morada no quiero a ella dirigirme, solo quiero perderme en la inmensidad de la misma mañana para nunca mas volver...”
Todos comenzaron a entender el fin de dicho mail. En cada uno de los lectores surgía esa sensación que un amigo había cometido la peor de las locuras, rápidamente imaginaban situaciones, buscaban respuestas en preguntas inexistentes. Los teléfonos sonaron, los que daban ocupados metían mano en pagers y mails buscando la palabra del otro. Las teclas parecían moverse lentamente, las respuestas no encontraban palabras justas. Nadie quería decir lo que suponía pero todos andaban la misma idea. Surgió de golpe una necesidad de verse, algunos se juntaron y entonces si se dijeron lo que pensaban, lo que imaginaban.
De allí fueron miles las demostraciones, como letras eternas y celestiales corrieron las líneas escritas, se multiplicaron los recuerdos en cada persona, en cada amigo. Como el mail a pesar de todo requería respuesta ellos enviaron las mismas al destinatario, al cual sentían que le llegarían.
Pero era una realidad mezclada con fantasía, con una maquiavélica fantasía...A pesar que pronto corrió la noticia que se había ido un amigo que no volvería alguien lo encontró. Todos lo creían en algún cementerio pero no era así.
Sentado en el bar de una plaza estaba Claudio tras la taza de café casi intacta. Fue entonces que al pasar Tomás lo vio. Cuando lo vio creyó que su vista estaba engañándolo. Entró al bar se sentó a la mesa y Claudio casi sin que tomas nada le preguntara comenzó su explicación.
“ He fabulado mi propia muerte, pero por que? La respuesta se halla en que necesitaba saber y sentir cariño. De golpe en este fin de milenio me sentí como que mas allá de que acabara un nuevo año algo estaba terminando en mi, quizás sea esta parte de fin de adolescencia y principio de adultez, quizás sea porque es a veces esa necesidad vital...pero sé que estuve mal...”
Luego la noticia como el mismo cobro vida, revivió, pero con ello llegaron los reproches. Muchos fueron los enojos por aquella fábula poco feliz. Llegó a perder por un tiempo la confianza y palabra de sus amigos, de los mismo que el había querido que le demostraran afecto.
Pero llegó un noche, una reunión, imprevistamente se presento en la misma cuando todos ya estaba allí. Se paró delante de la mesa y al tiempo que les dio un papel a cada uno dijo:
“...errante y errado....sin rumbo y sin certeza cometí el mas triste de los errores. Déjenme decirles algunas cosas. Corren los tiempos de fines de año, de fines de milenio y en la eterna búsqueda de los afectos fui un necesitado, payaso de un circo vertiginoso en el cual los leones devoran domadores en cada función, con la mueca sonriente, con el disfraz puesto...llegue hasta ustedes. Desde ese mágico día los sentí propios y me hicieron sentir de ustedes. Pero como un adolescente en su primer amor quise mas aun cuando tenia todo. No veía el cariño, necesitaba sentirlo aun mas...y en el increíble devenir de los días pertreche mi propia muerte. Absurda e innecesaria a la larga.....por eso estimados amigos he de pedir perdón...”
Sin mas aquellos amigos perdonaron. Pero quizás sobre el final de este escrito queda en el aire...no todos nos sentimos alguna vez necesitados de esas demostraciones? No fuimos alguna vez de alguna manera un poco como Claudio? Sin juzgamientos y con la mano en el corazón, nunca nos paso?

Varado


Varado cerca de la costa un velero quizás cansado de navegar había apoyado su base en un arrecife....frente a él la costa deslumbraba por la belleza y soledad de la misma...
Había llegado hasta allí luego de varios intentos de navegación frustrados por las aguas vírgenes de un eterno océano, uno donde las millas marinas se hacían palabras, con imágenes de un mundo nuevo.
Había navegado con el sol en los ojos casi sin dejarlo ver adelante pero siempre con las velas hinchadas por su propio viento. Mas no pudo evitar las tormentas, las lluvias, las idas y vueltas, los círculos que lo regresaban al punto de partida. Un punto de partida que había dejado con la intención clara de llegar....legar hasta donde las velas dieran y el viento propusiera, donde encontrar una costa....pero no solitaria....
Cansado de ser el propio motor de su andar y luego de varias tormentas, velero y tripulante dieron cuenta de la soledad que los embarcaba y así, como en un mutuo pacto, quizás ambos quisieron llegar a vararse....quizás....
Ausencia y presencias lejanas invadían la cubierta como fantasmas que en las noches estrelladas hacían compania vaga de su andar....recordar, imaginar y proponer nuevos rumbos.....mas nada ni nadie, al fin entendieron, podían dar el curso exacto de su viaje......entonces luego de una noche tormentosa con los fantasmas instalados en el timón y en la quilla cayó su tripulante en la proa para dormir un sueño despierto. Si, porque con los ojos abiertos pero dormido, al fin llego la mañana encontrando a ambos en aquel arrecife frente a la costa quizás deseada....
Contemplo mas de un instante, busco vida en medio de semejante belleza mas parecía no encontrarla.
Se sentó con los pies colgando para afuera, apoyo sus brazos en la baranda y clavo sus ojos al mar.....
De repente sintió un movimiento.....las aguas avanzaban.....miro detrás y vio como suavemente una pequeña ola lo levantaba, lo llevaba.....tiernamente lo tomo en su cresta y con cierta e increíble naturalidad lo acerco a la costa. Al girar la vista hacia adelante alguien caminaba en la playa....quien era? No importaba....su sueño era realidad....

Risa y llanto


Payaso por decisión propia, por anhelo de ver a miles reír antes de llorar, por disfrutar de la sonrisa amplia de cualquiera, por saborear el elixir del aplauso instantáneo, del éxito en cada morisqueta, de la gracia eterna de ser payaso.
Y sin mas, siempre presente en cada circo que se precie de ser tal. Y en el gran circo de la vida también. Aunque existan algunas pocas diferencias entre uno y otro, basados mas en lo que duran ya que la función del circo cotidiano no tiene fin y los payasos necesitan multiplicarse por miles por diferentes rincones llevando risas a destino. Sabiendo que serán recibidos pero sin saber si lograran su cometido.
La vida suele ser un hermoso circo aunque en él, de cuando en cuando, los leones devoren a los domadores y los payasos hagan llorar en vez de reír.
Payaso....puede sonar en casos mal usado, despectivo, diminutivo, peyorativo...pero cuanto encierra su trabajo...

Este es el caso de uno que llegada la hora de la función lo invadió la tristeza, la melancolía, no acostumbrado a salir a la arena apretado por tales sentires se detuvo frente al espejo. La imagen devolvía a sus ojos el rostro de si mismo preparado para salir a escena...pero no listo.
Una lagrima corría su maquillaje, se preguntó cual seria el motivo de dicha lagrima si bien mucho había por llorar no era el momento, ni el lugar. Sacó su guante de la mano derecha y con el dedo índice tomó la lagrima de su rostro, la acerco a sus ojos y miró como quien mira un objeto. Fue entonces que cruzaron por su mente mil imágenes , propias, internas y externas.

Las recorrió, las revivió y las atesoró una vez más....luego salió a escena repuesto, armado y al fin de la función entendió.

Supo que el llanto y la alegría viven y conviven dentro de cada uno, porque el uno no sería tal si no existiera el otro, porque con la mitad nada completo se logra. Porque son necesarios y a la vez no. Porque ambos pueden hacer claudicar, pedir de rodillas provocar y derivar al otro. Ambos permiten un equilibrio difícilmente quebrado.
Y ambos viven en todos porque....”quien no tiene una poco de payaso?”, se dijo.....sonrió y se fue.

Pasado...

Al llegar a la estación se veía un puente de hierro que marcaba ruidosamente la partida o la llegada del próximo tren. Allí como una imagen detenida en el tiempo se reflejaban las siluetas de dos pequeños que jugaban entre las vías. Un juego de niños, un juego eternamente jugado, el de la vida y la muerte, porque sin bien este era el verdadero juego ellos creían estar jugando con unas monedas. Y entonces colocarlas en la vía esperando que llegase el tren para dejarla aplastada, para borrar sus caras y transformarla en un trofeo a ser mostrado en el colegio. Pero que saben ellos de riesgos de muerte si están abocados a la vida...entonces el devenir del riesgo los llevo hasta el puente...
“que te parece si ponemos una ahí en el puente?”
“ pará loco y si viene el tren?”
“ya te cagaste”
“no, no ...esta bien dale...”

Entonces Ezequiel y Gabriel treparon el puente y se dispusieron a una aventura nueva.
La moneda sacada del bolsillo, el futuro trofeo....el futuro...pero, sin pasado no existe tal futuro...
Al colocarla ambos se corrieron a la otra vía, vieron pasar el tren y dejar allí su víctima metálica ahora objeto de deseo de ambos.
“Mirá.....que bárbaro!”
“Viste como paso? Mirá como la dejo....”
“vamos a poner otra”
Miraron a ambos lados y colocaron en la vía siguiente la nueva moneda. Como cazadores de una difícil presa se refugiaron en las vías por donde hacia un instante había pasado el ultimo tren.

El tiempo de espera fue extenso y la charla entretenida, sobre fútbol, sobre lo prohibido, sobre los limites transgredidos.

Se escucho el ruido del tren acercándose ambos se miraron con impaciencia mas la sorpresa fue inmediata, aquel tren que venia del sur se había transformado por obra de magia en uno del norte y ellos se hallaban en medio de su camino. Rápidamente a cambiar de vía pero un nuevo pitido anuncio que justo allí se cruzarían dos trenes, sin lugar , sin espacio y poco tiempo para pensar. Por mas que se buscaran respuestas en mil imágenes de película esa era la realidad y de no hallar la solución la próxima película seria un drama...
De golpe, como salido de la nada, un hueco en medio del puente, ambos se tiraron de cabeza amontonándose allí, haciéndose pequeños y esperando el paso del tren. Cada vagón hacia vibrar hasta sus huesos, el corazón latía a mil revoluciones....los trenes pasaron y ellos despedidos corrieron hacia la estación.
Sentados en uno de los bancos:
“che....y la moneda?”
“...déjate de joder...toma esta...te la regalo”

Se fueron caminando pero en la cabeza quedaría el momento, la angustia, el miedo, la desesperación.
Quizás luego de ello comprendieron que el futuro se alimenta del pasado, este no solo marca sino que hace parte. Suele ser la base, sin necesitar una veneración ni un homenaje constante necesita ser justamente pasado, ósea haber sido transitado, caminado, no salteado y por supuesto jamas olvidado.

El pasado suele marcar cosas tristes pero también lo hace en las alegres...ese es el pasado el que todos tenemos, el que necesitamos para armar el futuro , para construir los días a venir.

Quizás ambos pequeños encontraron el verdadero significado ya que, no solo no volvieron a arriesgar en las vías sus pellejos, sino que extrañamente allí en ese banco viejo y olvidado hoy se ve con claridad una moneda, un trofeo olvidado...

otro viaje...



...otro viaje y van... cuantos viajes más en tren habrá?
Cuantos kilometros aun faltan por recorrer?
Cuanto olor mas a viejo, a ese aroma inconfundible habrá?
Cuantas veces más veré al guarda que con paso cansino arrebata cada puerta del vagon hasta cerrarla con un certero golpe...como si quisiera dar por finalizado el día.
Y renace la emoción de la poesia urbana que tanto me artae, que tanto me seduce...
Quizás sea asi la misma vida, un autentico viaje en tren que pasa por mil estaciones donde se bajan y se suben miles de ilusiones, de sueños instalados en diferentes caras, en disimiles expersiones de la realidad popular, del sentri sin conocer el futuro, de imaginar mas alla del tren. Quizás asi sea...quizás y entanto intento

Honor a un caballero


La historia cuenta de un caballero de la vida. De uno de armadura de piel. De la misma curtida por golpes en mil batallas. De alguien que en definitiva entre tantas cosas como un real caballero honro la vida. El orgullo de haber caminado los mismos pasos, de transitar los mismos senderos y el de mirar el futuro desde sus mismos ojos quieren hoy que cuente la verdadera historia.

Hace ya tiempo y no muy lejos existió un niño a quien la vida le dio un par de códigos a descifrar desde pequeño. Ya en aquello años tuvo que salir a buscar la vida. Pero fue de ella misma de quien aprendió, de quien tomo parte e hizo un verdadero arte. Hace ya un tiempo ese pequeño convirtiose en caballero. Tal titulo lo debió a las interminables veces que hizo de su vida y de “la” vida una real forma de dar la mano, de mostrar al mundo que la humanidad bien entendida no reconoce posiciones ni banderas.
Haciendo gala de la palabra exacta, haciendo arte en cada trato, haciendo que los dioses, si es que alguno aun quedara, vieran que aquí abajo un verdadero caballero, de su vida, hacia una entrega. Y pronto encontró las razones que lo llevaran a su destino. Pronto y con una cierta cuota de magia en sus manos supo dibujarle la cara a la esperanza, supo escribir, tener el gusto en la palabra leída, el oído fino y como siempre la mano abierta. Supo de las cosas mas variadas, soporto luchas desiguales, fue vencedor de mil batallas.
Pero no sembró los campos de oponentes vencidos sino que por el contrario lo hizo pero alli crecieron, aun con diferencias, las mas variadas formas de existencia. Aun cuando el día pintaba gris este verdadero caballero dio cuenta que la misma vida estaba con su luz iluminada.

Pero un día quiso algo que este caballero cambiara de sendero, que ahora transitara los rumbos en otros tiempos. Con su armadura y su palabra enfundada un día cambio el rumbo y hoy cabalga los eternos caminos del cielo. Quizás fue porque aun alli estaban en busca de ese caballero. Y aunque parezca injusto es así el cuento. Es así la vida....

pequeña historia de fin del milenio

lo que sigue fue escrito hace un tiempo a esos amigos...a ustedes

...noche...venia caminando con “inseguro” y “a mi que me importa” que habían adquirido sus nombres luego de conocer a “fírmame aca, vos tranquilo” y a “siempre te querré”....veníamos de la casa de “viví la vida”, en eso nos cruzamos con “seguro” que venia de la casa de “nunca te voy a fallar”....y le fallo...entonces piró y se iba a cambiar de nombre por “confianza”...pero le dijimos que solo revelara ese nombre a los “amigos de verdad”...
En mi caso me quede tranquilo porque sin comillas cuento con ustedes que son amigos de verdad que trasmiten confianza y que se que seguro estarán porque mas allá de todo y entre todos se conjuga un raro verbo que se llama amistad.
Los quiero a morir!!!!!...sin comillas

Tiempos


Llegó hasta Jorge una vez mas alguien en busca de palabras.
Apurado, a ritmo extremadamente veloz se acerco. Hablaba pero sus palabras querían ir mas rápido que lo que quería decir.
“...quiero saber si podes ayudarme como solucionar mi problema, no puedo correr al tiempo mas siento que si no lo hago este me pasara por encima sin haberlo disfrutado, sin vivirlo. Es como que sé que es lo que vendrá y la mismo tiempo solo son pocas las veces que acierto con ello lo cual me trae profundas alegrias o estrepitosas caídas en desazón. Cada cosa, cada persona, cada situación de mi vida es así, y aunque mucho me han dicho que pusiera calma no lo logro. Ni pastillas, ni métodos varios, ni nada ha logrado acertar con lo que me pasa....”
“...bueno, intentare, contarte algo que sucedió hace tiempo a alguien que conocí en otro lado, alguien que quizás estimado amigo tenia el mismo problema que vos. La historia de la que te hablo es esta...”

Vivía cinco minutos antes que todos. Sabia lo que sucedería antes que esto ocurriera. Su vida estaba entonces plagada de relativos aciertos. En lo material era una fortuna la que tenia ya que sabia cual seria, por ejemplo, el proximo numero en los juegos de azar o la proxima carta; con ello y así había forjado un presente y cimentado un futuro. En lo personal y afectivo había sido agraciado con la dicha de saber de ante mano cual seria la respuesta de aquella pregunta a tal o cual mujer. Ventajas aparentes. Pero como era que el lo sabia? Era una visión, como un cerrar de ojos durante unos segundos y ver la imagen exacta de lo que vendría. Así entre la posibilidad de ver mas allá transcurría su vida que por cierto era monótona.
Porque el se sentía así? Porque ya nada ni nadie alcanzaba sorprenderlo y la vida sin sorpresas si bien es muy tranquila también lo es chata. Tranquilidad traducida en una pasar económico total pero quizás solo eso. Y solo eso es muy poco en esta vida.
La historia cuenta que cierto día estando sentado sabiendo que el atardecer llegaría en un rato y que seria estupendo llego hasta el una mujer. Una especial por primera vez.
Ella a diferencia de el vivía con cinco minutos de retraso, entonces su vida estaba plagada de infortunios varios, desde haber llegado tarde hasta haber gastado dos veces la misma cifra. Imposible tener y retener algo así.
El la miro desde su banco, ella lo observo al pasar. Por primera vez el no había sentido la llegada de alguien, como que su “habilidad” no había funcionado. Ella luego de 5 minutos por primera vez no había sentido ese retraso y quizás por primera vez también estaba viviendo al tiempo que el mismo tiempo decía y marcaba.
De un dialogo común, de cómo estaba el día, de diferentes cosas normales la conversa dio marchas y contramarchas. Ambos al tiempo que la misma vida marcaba. Desde aquel mismo día fueron muchos los días que juntos pasaron.
La situación era inmejorable para Javier porque podía vivir las cosas a tiempo, porque estaba siendo sorprendido. Carolina por su parte sentía que las cosas por primera vez no tenían sabor a derrota, no eran pasadas, vencidas sino por el contrario y a una suerte de cambio profundo, entonces sentía que estaba parada exactamente donde debía y quería.
Pero el problema estuvo cuando el, quiso acercarse a ella mas allá de lo que el tiempo marcaba, sentía un profundo sentimiento pero no podía decirlo, era como que por primera vez al no saber la respuesta no se atrevía, o no le salía, o no podía....lo que fuera pero el tiempo pasaba...
El tiempo....ese ex-tirano en ambas vidas parecía jugar su suerte en la partida. Carolina sabia que algo debía pasar pero no atrevía a mirar siquiera para atrás por no ver que hubiera pasado y ella hubiese estado ausente como tantas otras veces. Y mirar adelante no era algo a lo que estuviera preparada.
Entonces entre lo que los dos no querían perder y lo mucho que no sabían ganar, transcurría, se diluían los momentos que vividos casi a pleno eran poco menos que eternos.
La verdad es que ninguno de los dos pudo nunca y ambos quizás por las cosas que este destino quería separaron sus caminos. Y cada uno un buen día volvió a su antigua vida.
Cuentan que un día el vio llorar a su propia imagen en el espejo. Era la imagen del ultimo día, el final anticipado de su propia vida, y por primera vez también lloró...

Ambos se quedaron mirándose, las historias con finales no convencionales sabían a notas disonantes en una armoniosa melodía. Cuando lo que se espera no es lo que llega se acrecientan los silencios. Y eso Jorge lo sabia.
“te das cuenta?. Aunque las diferencias entre ambos pudieran de antemano augurar un todo no siempre aquellas partes desiguales se complementan. Aquellos desecharon su propio destino por motivos contrapuestos. Uno por vivir mas rápido de lo que debía y la otra por hacerlo pero mas lento. Aunque ninguno de los dos tuviera culpa de lo que de nacimiento les sucedía ambos torcieron el destino que juntos los quería. Es que la vida estimado amigo es para vivirla y aunque mil veces escuches estas palabras el secreto esta en meterlas dentro. La historia dirá que al final pasaremos revista entre lo intentado y lo no intentado y si la balanza se vuelca sobre el primer plato al vida habrá sido bien vivida, mas allá de los aciertos mas allá de las derrotas lo que pesan son los intentos. Y a mi me parece que quizás vos estés yendo mas rápido en pos de las alegrías, más pensando en un resultado, en una carrera alocada. Quizás no lo veas pero esta ahí el problema. Cuando acertas la alegría te invade y no estas haciendo mas que obtener el don de Javier y cuando erras el giro va hacia el lado de ella. Pero en ambos casos el tiempo no esta siendo tuyo sino de el mismo. Y quizás atrapar ese tiempo sea la meta inmediata. Hacerlo propio, vivirlo, sentirlo, darle real significado. Y si el que vendrá es una incógnita, bienvenida sea esta!...porque sino estarías como ante las letras de un hermoso libro al cual le queres espiar el final con anticipación. La vida corre por el mismo camino....quizás sea momento de subirte al mismo sendero...a intentar, a hacer valer el tiempo...”

Una jaula?

En un negocio de un barrio bien porteño se amontonaban las diferentes cosas. Como un cambalache donde todo esta entreverado había desde encendedores antiguos hasta enormes muebles gastados por el tiempo, custodios de recuerdos de quienes allí depositaron sus cosas.
Generalmente era visitado por muchas personas que iban y venían buscando en el fondo cosas que le trajeran ciertos recuerdos. Aquello visto y usado en casa de los abuelos, de esa tía o aquel encendedor que tenia el tío tal.....en definitiva cosas que lo ligaran con el pasado.
Mas allí había un objeto que todos miraban. Una jaula con un pájaro de espejos. La jaula de madera con barrotes perfectamente labrados como si se hubiesen tomado el trabajo de hacerlos uno por uno a mano.....dentro un pájaro hecho en su totalidad de espejo, parado sobre un columpio inmóvil, de un tamaño mediano....
Siempre ante la pregunta de cuanto costaba la repuesta era la misma ...”si descubrís el secreto te lo llevas gratis...” ante esto la gente optaba por reír o simplemente hacerse la desentendida pero nadie preguntaba por mas, como si esa frase diera por cerrado el negocio...

Hasta cierto día en que entro un joven al local. Él buscaba un encendedor, al vendedor le pareció un cliente mas en búsqueda de lo mimo. Pero mientras el buscaba el muestrario de los encendedores el joven se paseaba por el local mirando los objetos. Al llegar a la jaula se detuvo y se quedo inmóvil....el vendedor lo miraba como si entendiera algo mas...
Dió mas de una vuelta observando la jaula, sonrió y se dirigió al vendedor.

“Podría decirme el precio de este objeto que es más que una mera jaula, es un enigma a descifrar?”....
el hombre quedo mudo, casi sin palabras....pero alcanzándole para preguntarle “Por qué queres llevarte ese objeto?”
“Porque guarda un secreto que he descubierto”
“Cual?” el vendedor estaba aterrado por el hecho de pensar que perdería esa pieza al valor que el la había cotizado, pero a la vez estaba contento...quizás recordaba como había llegado hasta él.
“le diré....este objeto es la vida misma, la jaula donde cada uno nos encontramos encerrados y el pájaro nosotros mismos. Esa ave hecha de espejos tiene un claro fin, el de reflejar el rostro de la persona que la observa, hacerla sentir que por una vez uno es pájaro y se encuentra encerrado sin salida, quizás como muchas veces en la vida, pero esta ves de manera especial. El reflejo del rostro es mas que eso, es atrapar la esencia de la persona en esa ave. Es transmitir el estado a ella misma. Y existe una sola salida a esa jaula.....”
El viejo quedó sorprendido, se sentó en una de esas sillas y le dijo “debo decirte entonces algo antes de preguntarte por esa salida...”
“Lo escucho..” y se sentó sobre una mesa.
“esta jaula llegó hasta mi de la misma manera que vos hoy podes llevártela. Hace años cuando joven buscando el camino de mis propios deseos, investigando los devenires de mi destino llegué hasta un local cercano a este y en él un anciano vendedor me preguntó que valor le daría a este objeto. Casi con las mismas palabras que vos utilizas le dije lo que vos me estas diciendo.
Desde entonces guardo esta jaula y la pongo en exhibición porque así me lo propuso quien me la dio. Él me dijo ese día que debía ponerla para que el mundo la viera ya que debería encontrar antes del final e mi vida quien tuviera este objeto, quien sería portador de la poesía urbana, del lenguaje callejero, de la posibilidad de descubrir el secreto. Y veo estimado joven que casi estas a punto de descubrirlo. Ahora decime cual es.....”
“la verdad es que la responsabilidad de llevarme este objeto será un destino en si mismo, una cruzada en épocas de realidades monstruosas, algo de lo cual jamas decir que no....pero respondo a su pregunta, el secreto, o mejor dicho la salida de esta jaula esta en el fondo mismo, en lo practico si miramos bien vemos que el fondo de la misma se desplaza dejando la posibilidad de salir, en lo humano es así. La salida a los problemas que nos encierran en jaulas están en el fondo nuestro, cuando llegamos a el si sabemos cual es el verdadero origen de nosotros encontramos que la salida esta ahí. Se dice que se sale de un pozo hacia arriba, mas yo creo que se sale justamente por abajo. Es del fondo que hay que salir y trepar para cerrar el pozo y no volver a caer.....”
El vendedor se paró tomo la jaula y se la entregó sin decir más, el joven salió y cumplió con su destino.
Llegó hasta su bar, que tenia cercano al negocio del viejo, y expuso la jaula a quien quisiera preguntar....y ante cada pregunta se escuchaba la misma respuesta...”la llevas si sos capaz de develar el secreto.....”

Vacíos


...espacios de algo entre dos.
Vacío de amistad, entre dos ante el alejamiento prolongado; queda allí el lugar, como si en una charla de café se hubiera levantado para regresar pronto y uno cuida esa silla; al tiempo nada ni nadie ocupa ese espacio que se instala.
Vacío de amor, cuando la distancia entre el ultimo beso sentido y el próximo es el camino transitado. Cuando desde la ultima caricia solo queda el recuerdo al sentir el viento en la cara. Cuando el abrazo sentido con manos abiertas y la fuerza justa ya no esta. Cuando todo es así y para revertirse solo el tiempo media, pero no se sabe cuanto tiempo. Y entre tanto la tinta va finalizando, las ideas se diluyen en la madeja de pequeños pormenores y hay mas ganas de sentarse solo frente a un café negro para poder no hablar, no arriesgar mas, en definitiva no mirar adentro de uno mismo y ver que así como mira el café y se lo ve negro, al concluir el liquido allí esta la esencia del mismo y justamente no es negra.
Y caminar sin prisa, sin sentir frío ni calor; y no saber, no poder determinar que hacer correcto, que creer, que intentar...
Y si en ese justo momento alguien intenta acortar el espacio y llenar el vacío es difícil darle cabida porque al mirar se lo ve enorme e infinito a ese vacío y contrarresta a la pequeñez de ese hombre. Y quizás sea así y quizás no.
Pero el vacío es necesario entonces llenarlo. A veces mal en ocasiones con gente y cosas vanas, pasajeras, que no llenan sino distraen la mirada del interior. Y entonces cuando el tiempo las devuelve a su lugar nuevamente la misma negrura de aquel café sin tomar se hace presente.

Vacío, como cuando luego de una noche siento que aun estoy solo y mis miedos se agigantan.
Y quiero patear todo y debo serenarme, debo saber esperar...pero me niego al abismo me resisto a lo negro sin lugar a dudas....
Y entonces proyecto allí una imagen, quizás tu imagen y aunque no pueda abrazarte, mimarte o besarte, muy a pesar de ello no me siento solo y olvido que ese café no me gusta y empiezo a tomarlo, quizás buscando el final.

En un pueblo pequeño

En un pueblo pequeño y perdido en un entorno muy especial algunos habitantes pasaron una época de sorpresas a costa de una historia de uno de sus miembros.
Pocas casas, ningún edificio y mucho verde proporcionado por las montañas que casi lo rodeaban, aquel lugar no era frecuentado por turistas. Solo llegaban hasta allí amigos y parientes de sus habitantes.
El año había transcurrido sobre líneas normales, el clima era el esperado y los días discurrían entre el trabajo y la obligada y necesaria charla con amigos entrada la noche en un café o en alguna casa. Dentro de los pobladores un grupo se destacaba no por cualidades diferentes sino por la edad común a ellos. Eran varios todos bien del lugar del cual no querían partir ya que allí todo se hallaba; y entre todos hacia tiempo había llegado alguien de otro lugar. A diferencia de los demás él era un soñador, si ello equivaldría a una real diferencia....
Muchos lo llamaban “vendedor de fantasías”, pero era aceptado ya que el precio de las mismas era una sonrisa. En ese invierno cuando el año tocaba la mitad de su tiempo él comenzó a extrañar a los demás. Todos veían que se marchaba hacia las montañas desapareciendo por un tiempo regresando con un aire de alegría contenida. Al principio nadie se preocupo mas cuando las escapadas se multiplicaron y los lapsos entre una y otra eran mas cortas preguntaban donde iría. La montaña elegida no era de altura importante pero tampoco pequeña. Sus laderas se alfombraban con un verde prolijo donde las flores en la primavera teñían de colores y la hacían mas viva. Mas arriba un escarpado y en la cima nieve permanente.

Casi nadie la transitaba ya que había otras mas dóciles, menos cansadoras e igualmente bellas. Pero para él, en apariencia aquella guardaba algo especial. Alguna vez en un tiempo cercano había comentado sobre lo hermosa que veía esa montaña en particular.
Luego de mucho preguntarse dejaron como un misterio mas aquellas huidas, pero uno del grupo un día decidió seguirlo.
Ardua fue la subida ya que debía mantenerse a escondidas. Y luego de trepar y caminar mucho al llegar a la ultima fase, cerca de la cima quedó extasiado.

Aquel “escalador” tenía allí construido un pequeño castillo de hielo, con arquitectura impecable y con un gran jardín a su alrededor de flores silvestres jamas vistas.
Cautelosamente entro al lugar y observó que allí dentro pequeñas luces se encontraban, dentro había un clima cálido en contrapunto al material de la construcción.
Y al quedarse allí mirando tratando de entender apareció él. Casi ruborizado sin saber que decir, el anfitrión y dueño le explico cual era su secreto.
“Dentro de este castillo guardo mis fantasías que son esas luces que ves, y esta cálido ya que el hielo solo lo recubre hasta el día que se desprenda y deje a la luz del día todo el esplendor y a las fantasías su espacio. Pero par ello solo falta que llegue ella.”
“Quien?”, pregunto presuroso
“Vení....” desde una ventana se veía en una montaña próxima a una mujer que habitaba allí....
“Pero será difícil llegar hasta allí?”
y al tiempo que preguntaba salieron al parque y vio un puente a medio construir, lleno de luz propia y con dirección a ella.
“Pero ¿Por qué detuviste la construcción justo en la mitad del camino?”

“Porque aunque pudiera no debo, sé que ella esta allí pero debe ser ella quien construya la otra mitad. Yo aquí guardo como ves mis fantasías, ilusiones, mis sentimientos y son para ella pero no puedo obligarla sino invitarla a conocernos. Y si esto pasa algún día el hielo se derretirá y el castillo será como debe ser un lugar para dos y todo entonces cambiará. Pero debe ser ella quien quiera. Y debe invitarme con su construcción a conocer su lugar así ambos seremos parte de ambos”.
“esa mitad que ves es la que debo construir para llegar en el medio a unirme con la mitad de ella, el mundo son puentes, y son mitades a construir y unir...”

Ambos regresaron y el secreto siempre quedo bien custodiado mientras él frecuentaba aquel lugar y sentado en la mitad del puente la esperaba...

El joven aprendiz


El joven aprendiz había recibido pronto su primer traspié, su primer golpe, debía entonces asumirlo y continuar aunque supiera que mas reveses se avecinarian por mas que estuviese atento.
Pero el primero siempre tiene la extraña virtud de ser justamente eso, no hay como el primer hijo, ni sobrino, ni colegio, ni grado, ni...
Y aunque la lista se extienda luego en variadas dimensiones, nada ni nadie llega al primer lugar.
El golpe había sido duro, fuerte y con cierto preaviso, pero a pesar de eso ultimo, no le quitaba trascendencia.
Aquel novato de ese camino había aprendido a volar, desarrollando cada vez más esas alas. Muchos habían sido los senderos transitados pero en el ultimo era un inexperto.
Cierto día y casi sin quererlo sus ilusiones se desplegaron en aquellas alas y se aventuraron a un nuevo vuelo. Pero el destino no era claro, difuso, lejano e inalcanzable acorde de donde se mirara. Aun así y sabiendo ello aquel poeta callejero comenzaba esta vez a recitar sus propios versos, las rimas de su propia fantasía, de esa interna que lo movía. Gracias al aprendizaje realizado y sumado de allí horas de vuelo en ocasiones había aterrizado de emergencia en campos desolados y de allí mismo reconstruido lo dañado y renovado el vuelo en cortos periodos de tiempo.

Esta vez el golpe recibido los descendía hasta casi tocar la tierra pero en esta ocasión la misma no era desolada, entonces debía mantener sus alas desplegadas intentando recuperar altura con prontitud o resignarse a un rápido planeo hacia un descampado como otrora.

Mas no quería dar por terminado algo que recién había para él comenzado, muy a pesar del destino final que se veía lejano sin proyectar ninguna esperanza.

Algo en el final del camino, en el rastro del horizonte, lo atraía, lo hacia seguir intentando.
Durante ratos, cuando descansaba, meditaba si algún día llegaría a algún lugar soñado. Ni en los libros más sabios hallaba la respuesta a dicho interrogante. Pero era entonces que retomaba el vuelo y le emprendía al destino mismo buscando altura.
Si el embite lo había llevado hasta allí debía esa fuerza derrotarlo por completo o elevarlo nuevamente.
Y más recuperaba la altura cuanto más creía y sentía escuchar una voz que provenía quizás del mismo final del camino.
La ultima vez que lo vieron cruzaba el cielo nocturno dibujando signos en el aire, buscando señales. Seguramente desde algún lado esa voz devolvería en respuestas, esos signos que dieran dirección exacta a es camino.

El debut


El debut...siempre esa mezcla de pasión por hacer lo propio y temor porque no lo entiendan....así fue como este primer cuento ....hace mas o menos 20 años...

...existió hace tiempo un amor único pero realmente imposible...el profundo sentimiento que unía a Sol y Luna, pero el destino y las circunstancias hicieron que se separaran, que dejaran de verse...mucho sufrieron ambos por la obligatoria separación por consiguiente como un sentimiento compartido juramentaron mil cosas, quisieron anteponerse al destino más no pudieron, debieron seguir el rumbo.
no tuvieron tiempo de largas despedidas...no hubo tiempo para el tiempo, mas todo el universo sentía aquel dolor. aquel amor que aprecia no tener fin, que parecía eterno e infinito tocaba su fin....parecía....

Ella se separó y corrió hacia su destino, en el camino lloró, aquellas lagrimas parecían no tener fin quedando mágicamente suspendidas en el aire marcando una estela entre ellos...un puente. Él vio y sintió el dolor propio y el de ella...al ver la imagen no pudo mas que honrarla dando calor propio a cada lagrima, dándole luz...haciendo de cada una, una estrella...millones de ellas que trazaran un puente con su amada y al fin llegar a iluminarla a ella dándole luz y calor a través de su amor transformando el dolor en pasión en eterno amor...

...así en noches claras algunos soñadores escuchan los “te quiero” que por aquellas lagrimas pasan....

(también cuentan que en algunas noches las nubes cómplices los tapan mientras ellos se encuentran y nadie los ve....) y otros soñadores quedan aquí abajo para contemplarlas y para hacer que la mas bella, pequeña y eterna historia de amor sea como ahora una vez mas contada...

Dulce fea


...palabras que se transforman en sonidos
que mutan en sentires
sonrisas que encuentran destino
en el alma envejecida...
y entonces florece
ya la flor no es mas el capullo
que otrora guardo su estilo
reverdece y crece toma fuerza
se eleva y gratifica
ya la voz es sonido
música en mis oídos
nunca jamas olvidare esa melodía
armoniosa de tus sentidos, del mágico sonido
que tu voz provoca en mi...
en este payaso que conoció el olvido
que creyó todo muerto, todo perdido...

y desde allí, desde un recodo del camino
surgió tu voz, tu ser para transformarse en algo mío
en algo indescriptible, algo perfectamente definido
atesorado desde ahora en mis sentidos
que claman por mas
que gritan hasta el fin
por el momento vivido

gracias entonces mi dulce fea
porque hiciste mas de lo que esperaba
...llenaste mis días de sentido....

Como definir

Como definir derrota su aun no se ha peleado?
Como compadecerse uno mismo (si cabe en algún caso) si no se tiene más que una herida que de antemano se sabía podía llegar?

Sin riesgos la vida no es vida según muchos.
Pero que son los riesgos mas que la apuesta a un cambio?
Si nunca se salta al vacío jamás se aprenderá la terrible sensación del vuelo sin alas. Pero, y la caída? Puede ser brutal ciertamente, pero, quizás el gozo del aire pasando por el cuerpo, como si este fuera transparente, es la sensación de haberse jugado hasta el ultimo recurso.
Difícil es poder volar eternamente y jamas descender de un golpe pero quizás desde ese impacto contra el concreto se debe retomar fuerzas, impulsarse y volver a intentarlo.
Las derrotas sufridas por Juan Salvador fueron excusas para seguir intentándolo y aun ante el ojo ético y moral saberse más audaz que loco. Si él alguna vez pudo porque uno no? Cual es el argumento fundamental que lleva a seguir intentando lo inexplicable?
Si se vuela y también se cae, porque seguir pensando que puede el vuelo ser motivo de vida?
Quizás las ocasiones imponen diferentes soluciones a iguales problemas y el paso atrás esta más cerca de sentirnos seguros en tierra firme; y mirar al cielo con recelo, o quizás manifestar que los que allí vuelan están locos.
Pero definitivamente creo que es mas placentero el golpe certero luego de un vuelo apasionado que contemplar toda la vida la majestuosidad del cielo y jamas atreverse a encontrar allí el propio planeo.
Y aunque todo sea nada y aunque deba volver a tierra aun me queda el inmenso placer, el eterno gozo, de saber que el vuelo emprendido me acerca a la locura de haber vivido la vida, y que cada día es un nuevo despliegue de alas al cielo para el intento de establecer un nuevo sendero en el amplio universo que plantea la vida.

Cielo...

En busca de señales había caminado tantas veces las mismas calles que su transitar se tronaba a veces en círculos inconclusos. Muchas veces por esas sendas miraba el cielo pero nada salía desde el ni desde alli. Siempre su derrotero finalizaba en noches de bengala que en definitiva no llevaban a ningún lado devolviéndolo a la ausencia presente en sus ojos al intentar dormir.
Pero un día sus noches cambiaron con la mágica fantasía de lo que tanto había anhelado, de lo que tantas veces mirando el cielo había buscado aunque supiera que era en la misma tierra en donde quizás fuera a hallarlo, pero aunque esos días cambiaban, su sendero, su eterna caminata por las calles de buenos aires aun lo encontraban. Emprendía esa noche el viaje de regreso.
Un camino muchas veces transitado y jamas atrapado por la rutina.
Calles, curvas, semáforos que cambian incansablemente de color en una danza cotidiana y bajo ellos autos de marcas diferentes y conocidas que se mueven a su ritmo; los mismos negocios, las mimas esquinas que quizás busquen a la vuelta de ellas mismas las ansiadas respuestas de algunos de sus caminantes. Pero nunca, jamas el paisaje tapado por la monotonía.
Quizás (o seguramente) porque cada regreso impone un nuevo viaje y en este una alegría. Cada momento es diferente, aunque todo parezca igual.
La escenografía puede que no cambie pero lo espiritual esta bañado por un mágico cambio constante.
Quizás también por eso una noche el pedido:

“hey cielo, hey...Luna plaga de estrellas tu seno y escribí un te quiero que llegue justo directo a ella; que al mirarte sepa que aquí ni tan lejos ni tan cerca estoy yo, que ella esta aquí dentro, que el tiempo no importa cuando se siente desde muy adentro, que llega con fuerza e intenta salir igual. Que aunque pueda apresúrame estoy seguro que el sentimiento es verdadero e intenta con cada conquista ser duradero.
Entonces cielo junta por favor bien todas las estrellas porque las necesito, prende todas tus luces que aquí abajo en la tierra una luz mas fuerte ilumina mi vida, llevale también un gran abrazo en tu brisa, un profundo beso y por sobre todo un enorme agradecimiento.
Dale cielo que desde aquí mando montado en vos mis sentimientos...”

Que bien entonces se siente regresar y saber que pronto se hará el camino inverso.
Porque seguramente esos pasos dados proyectaran nuevos caminos, senderos a futuro compartido, cielos a ser vistos con mas de los propios ojos, estrellas compinches en las noches de Lunas compartidas.
Que bien se siente regresar con tanto adentro y entonces si así fuese la rutina a ella me sostengo.
Sin lugar a dudas las señales a las que tanto había intentado ver en el cielo habían llegado y sus ojos al cerrarse descansaban en las imágenes tantas veces ansiadas.

Hijo, planta, libro...

...arrodillado terminando de acomodar la tierra a los costados de un pequeño árbol estaba Hernan...cuando tras el sintió que estaba alguien mas...se dio vuelta y una mujer lo observaba. Era linda, mas no era hermosa, era rara, mas se notaba como alguien muy conocida.
“perdón.....quien sos??” preguntó él
“no quisiera entrar en detalles, pero digamos que me conocen todos, que a veces me esperan que otras tantas no. Que en ocasiones soy bienvenida y a veces me insultan en la misma llegada. Que luego de pasar por el momento de conocerme nada será igual...”
“pero...perdón...no será mucho lo tuyo ?” dijo mientras giraba de a poco para mirarla mejor, con las manos aun con tierra se limpio en los jeans gastados....”y...te puedo ayudar en algo??”
“ mas que vos ayudarme a mi quizás sea yo quien te ayude a vos”
“como !?”
“si, porque como ya te dije, luego de hoy, de este encuentro, será un nuevo rumbo el que tomes”
“mirá perdoname pero no estoy para jodas...” se levanto y cuando iba a ponerse a caminar hacia su casa que se encontraba a unos metros de alli ella le puso la mano en el hombro como queriéndolo detener. En ese mismo instante millones de imágenes cruzaron velozmente por la mente de él. No eran imágenes del futuro ni fantasías, eran los mejores de los recuerdos, como disparados al azar se entremezclaban con la confusión del momento. Casi no podía salir de este trance, fue cuando ella saco su mano que él volvió a ver lo que pasaba.
“Quien sos?”
“mirá no quiero ser descortés, pero he llegado para dar por finalizado tu camino...”
“no....como? pero....porque? si aún me queda tanto......si no sufro de nada....no por favor no!!!! Mi esposa, mi hija....no!!!!!!!” quiso correr pero quedaba clavado en el lugar, plantado como el árbol que recién había sembrado.
“es que es simple ....escribiste el libro, tuviste un hijo, y hoy ahora cerras el circulo con este árbol...”
“pero yo no creo en esas boludeces”
“no es cuestión de creer...es cuestión de hacerse cargo de lo que siempre diste como motivos de vida...o no fuiste vos quien repitió a diestra y siniestra que esos tres motivos eran los que te llevaban a seguir?”
“pero....es una forma de decir, y la famosa justicia divina? Los tiempos?”
“mirá...veo que has pasado los libros de hoja en hoja sin detenerte a mirar mas allá de las letras...hay mas de una historia tras la palabras entrelazadas....mas de una....”
“pero no....” cayó de rodillas....”debemos, debo encontrar una salida... por favor!!!”
“muy bien....pero la única salida es dar una nueva meta, buscar un nuevo punto en esas razones para vivir...y no uno cualquiera. Aparte debo recordarte que en tus ultimas charlas siempre decías en tonos de confesión que ya no tenias muchos motivos...quizás como pose, quizás como una mentira... pero lo dijiste.... o me equivoco?”
“no, realmente no....” buscaba a toda velocidad una respuesta, siempre se había destacado por no quedarse callado...pero esta vez nada salía y debía salir...
ella lo miró y al ver la desesperación de aquel joven tuvo un gesto...lo miró y le dijo
“hagamos un trato”
“un pacto con la muerte? Eso no esta bien...creo... aunque en este momento recordando otra frase vendería mi alma al diablo..."
“no mezcles....no soy el diablo, no te confundas...por mas que mi misión no es la mejor no estoy emparentada ni con diablo ni dios...pero ese es un tema largo de explicar ahora...”
“cual es el trato?” pregunto presuroso casi interrumpiendo.
“digamos que es un plazo, un tiempo. Sin mas comencemos a andar”
acostumbrado a caminar mil caminos ambos emprendieron hacia donde encontrar torcer al destino. Pronto comenzo la charla entre ambos. En su andar encontraron personas diversas pero no eran esas las posibles metas nuevas. No había nada, no aparecía nada.
Fue entonces que llegaron hasta un lago, aquel lugar donde alguna vez había empezado un nuevo camino. Cerró sus ojos y comenzó a recordar, entonces los recuerdos se veían como imágenes actuales, el se notaba con los ojos abiertos. Era esa tarde, aquella tarde de tiempo atrás donde había conocido a ella. Y como si se repitiera exactamente ella estaba alli.
Paso por su mente lo que le sucedía en aquel momento de la siembra de el árbol. Eran tiempos de situaciones al limite, de sinsabores, de épocas perdidas, de emociones desencontradas. Sabia y sentía entonces que estaban lejos uno del otro. Pero la magia de momento proponía la extraña pero atrayente alternativa de querer y poder al mismo tiempo torcer la historia. Sintió que eso era así, que tenia esa posibilidad y tomando en cuenta su pacto se aventuro a la charla.
Se acerco a ella, “Hola, ...” no sabia que mas decir. Es que era extraño sabia mas el de ella que ella de él, era una ventaja que impedía la charla fluida y normal.
Entonces dio cuenta de lo que aquel tratado había puesto en su favor y su contra.
No era la posibilidad de él, sino de ella, que ahora seguía caminando y que aquel encuentro y charla no seguía tal cual la historia. Ella se estaba llevando su propio futuro, y quizás en el su pacto. Cerraría entonces el circulo tal cual lo decía la muerte?

Como un mal sueño que por fin despierta se encontró nuevamente de rodillas frente a la semilla que estaba plantando. Se levanto, miro en su alrededor y a nadie encontró. Camino los pasos hasta la puerta de su casa y fue recién al llegar bien cerca de la puerta que empezó a escuchar las voces que lo tranquilizaron, las voces de su familia. Entonces esa misma noche se sentó en el umbral de esa puerta y mirando el cielo entendió que la vida le daba alternativas para seguir, que solo el fin estaría el día que llegara al final de las metas previstas. Que siempre hay algo mas por hacer. Y desde es día, esa noche, en adelante al preguntarle cualquiera sobre la vida propia sostenía con firmeza que aun le quedaban mil camino por recorrer, mil hijos por tener, mil arboles por plantar y tratar de encontrar en todo eso las letras de un nuevo libro a escribir...

Las palabras perdidas

Atardecer, el día estaba gris, se levanto. Paulo no sabia bien cuanto había pasado desde su caída. Comenzó a caminar. Al llegar al primer grupo de personas notaba algo extraño mas no daba con que era eso que aparentemente faltaba. Siguió observando, escuchando, algo faltaba...
A unos pasos de allí un hombre aguardaba sentado en un banco de plaza. Se miraron mutuamente, se sentó a su lado y casi sin decir hola comenzaron a hablar. Este hombre descubrió luego de algunas palabras su verdadera identidad.

“soy quien guarda las palabras en desuso, las que ya no se dicen, las que no se mencionan y quedan allí tiradas, sin que nadie mas de cuenta de ellas...”
“entonces ?....”
“entonces nada...es así...que es lo queres preguntar desde que te sentaste acá?”
“ quiero saber que le pasa a la gente, hay algo que no funciona...que es?”
“ justamente, es que se han quedado sin palabras, sin algunas de ellas. Te cuento. En un principio solo eran palabras antiguas, restos de lenguaje de antaño que por el correr de los años las costumbres y demás habían caído en desuso o habían sido reemplazadas por otras. Pero en los últimos tiempos esto se fue intensificando y las palabras que han quedado perdidas y ausentes son las mas importantes. En los tiempos últimos cayeron algunas palabras en mis manos. Por ejemplo la palabra amigo, cualquiera fuera el sexo, cada vez es mas poco consistente, porque la están usando en desmedro de la misma amistad, la están engañando, la están en ocasione mal usando. Cuantas veces se encuentran ante la terrible realidad de ver que quienes decían ser amigos traicionaron los estamentos propios de la misma palabra? Muchas, es entonces que al caer esa palabra la he recogido y la guardo.
Otro ejemplo es “amor”, son incontables las veces que se ultraja la misma, entonces también cae.”
“y nada se puede hacer?” interrumpió
“ si, quizás he aquí un camino ha recorrer si estas dispuesto...”
“quisiera...pero no se si podré...que debo hacer?”
“ sé que en algún lugar alguien aun guarda ambas palabras en forma pura, en su autentica magnitud, quizás podrías encontrar a esa persona”
“pero....no se por donde empezar”
“empeza caminando, escuchando, profesando ambas palabras no solo en la voz sino también en el alma...sé que podes”

Así, casi sin saber por donde ir, partió. En su camino encontró miles de personas. Miles de palabras no dichas, miles de frases sin profundidad.
Buscó por todos lados mas fue después de mucho andar que encontró la respuesta.
Es que fue cuando el mismo comenzó a decir las palabras perdidas que ellas volvieron a nacer. Así fue como al ver a Carolina dijo: “fueron muchos los pasos que caminé hasta vos, fueron mas los que nos distanciaron, pero fueron las palabras no dichas las que nos alejaron “ “ aquí estoy nuevamente para decirte Te Quiero...”
...al tiempo que las palabras brotaban de sus labios el entorno cambiaba, escuchaba “te quieros” en otras personas. Fue como una cadena que comenzaba a gestarse en sus palabras.
Volvió a la plaza, el banco estaba vacío, buscaba al viejo. Recorrió toda la zona. Cuando cansado se sentó en aquel banco desde allí lo vio. El viejo estaba en la calesita agitando la sortija entre las manos de los pequeños cazadores de fantasías. Se acerco.
Cuando la vuelta termino y la música toco una pausa le dijo:
“pero...no entiendo? Que haces acá?...creo haber resuelto el problema de las palabras perdidas, de aquella misión encomendada recordas?”...
“si...y es por ello, por el buen fin de tu misión que aquí estoy...ahora repartiendo vueltas y fantasías ya que se que tanto vos como Carolina harán que las palabras vuelvan a desencadenarse como una eterna magia...”

y se alejo del viejo mirando la escena intentando registrarla en su memoria cual foto eterna. y allí quedo esa imagen de un sabio viejo ocasional repartidor de fantasías que otrora fuere el guardián de las palabras perdidas.

Homenaje

Escribir, narrar, dar con las palabras exactas, transformar las lagrimas en rimas que suenen. Quizás encontrar tras el recodo de cada espacio de las letras el verdadero significado.
Buenos Aires llora la tristeza de mi momento, como buena compañera acoda a mi lado, me pone el hombro y no deja, como una querida cómplice eterna, que mis lagrimas caigan sobre el seco piso. Quizás intente fundirlas en la acera y llegar a la tierra. Es una amiga que me acerca risas en este, un bar más, como queriendo convertir el ambiente, ponerme su mano sobre el lomo y decirme que ella también lamenta. Segura sabe que mas allá, no muy lejos alguien juega sus chances intentando convertir el fino hilo en gruesa soga. Ella sabe de quien escribo, quizás de quien tantas peleas aguanta, quien con todo siempre quiere dar batalla. En cada palabra que se transforma en concepto pero no como enseñanza de vida, sino como muestra de una realidad que otrora le jugó una mala pasada y lo dejó así; intentando darle riña aun cuando el oponente, a priori, parece mas fuerte.
Y Buenos Aires sabe que me encuentra con las rodillas en el piso, vencido en esta parada pero no caído porque es de esa misma fuerza que intento transformar un puente de vida.
He escrito bosquejos que por gracia del tiempo y la buenaventura quisieron que en algunos se convirtieran en relatos de quien anduvo por las calles muchos años sin buscar y sin embargo encontrando.

Y quizás o seguramente quiero hoy mas que nunca encontrar aquello que tras la magia se transformase en milagro; uno que sea un toque de magia autentico y real.

Miro nuevamente y siento que mi estimada ciudad baña mi cara intentando esconder las lagrimas y así mismo llora el momento mas difícil. Seguramente habrá un mañana pero el hoy es una batalla, este hoy que viene siendo de grises y lagrimas.
Y nada mas que decir si me estalla el alma, si yo que nunca me caigo hoy de rodillas pido un milagro para quien sabe entre palabras contarme de como va la vida y su historia.
Saldré a caminar las calles y seguro que allí encontrare a mi padre enfundado en su magia, guiñando un ojo y al fin dándome una palmada.

El precio de una flor

Sentado a la vera de una camino, piernas recogidas la cabeza apoyada en las rodillas y las manos tendidas a los costados, vaya uno a saber buscando que, se encontraba el personaje de esta historia, Jxavi.

Dibujando siluetas imaginarias en el pasto, intentando encontrar una imagen, atesoraba la esperanza de un futuro. Levantó la mirada intentando ver todo lo que sus ojos podían y más...se levantó y comenzó a caminar tomando el camino por el lado que la inercia lo llevara.
Fue así como encontró una razón para seguir, a lo lejos vislumbraba una morada e imaginaba en ellas miles de historias, aquellas que tendrían que ver con el amor perdido, con la fe entregada y ahora ausente. Apuró su paso para acelerar la llegada. Fue entonces que recordó el ultimo trago, el ultimo adiós, y la imagen lo llevó hasta la ribera de un río donde junto a una mujer hacia honor a la vida, tomando votos de amor. Todo marchaba, todo fluía y corría como el río mismo pero la tristeza invadiría su momento haciéndolo único y tirano.

En un tren de confesiones dijo lo que no debía, desnudo su alma, dio cuenta de toda su identidad y entonces quebró, y en aquel momento fue el final, ella dijo mil cosas más, una quedo clavada y fue adiós...desde sus manos Jxavi veía escapar el agua, veía escapar la ilusión, la fantasía, el presente y el futuro.
Mas algo lo sorprendió en esa imagen, bajo el agua de aquel río vio una flor, una llena de pétalos de color blanco, como un jazmín, pero sin serlo...
Retomó la senda recordando esa ultima imagen la de la misma vida creyendo caer en el río y perdiendo su mismo ser en ese instante.
Mas el sendero se acortaba en la llegada a la morada. Apresuro mas su andar para saber que era lo que hasta allí lo llevaba.
Al llegar, una entrada semiderruida, una casa semi vacía, incompleta, de muebles de diferentes estilos con paredes que reflejaban el paso del tiempo, con grietas, quizás como el mismo, se dijo.
Varios cuartos tal vez el recuerdo de muchas personas habitantes de historias transcurridas en tiempos pasados, la cocina mostraba orden, cierta limpieza.
En el cuarto central de la casa y sobre una mesa opacada por la tierra caída sobre ella, yacía una flor. Un haz de luz tenue pero directo la iluminaba.
Se acerco casi sin querer, el miedo invadía su ser, suspenso de encontrar vida en medio del recuerdo del tiempo. Al verla supo de lo que se trataba, busco un papel, un lápiz escribió una líneas y se sentó dejando escurrir su propia agua entre sus manos.
La nota decía: “...entiendo el precio de esta flor, quizás por ser la misma que otrora vi languideciendo en el fondo de una cristalina sepultura, mas entiendo cuanto mas recuerdo, cuando reveo el horizonte en aquel río y encuentro esta morada, la tuya, la que habitaste sin decirme, la que nunca conocí, la que tanto me atrajo hoy...y quizás equivoque el camino una vez mas, quizás una vez mas llegue tarde en tu vida solo para escuchar el adiós de tu labios, por ello he comprendido el valor, el terrible precio de la flor...”

En la mesa de un bar


En la mesa de un bar común de Buenos Aires encontré bajo una taza de café recién terminado una hoja escrita con más sentimiento que poder literario.
Me senté en esa misma silla, pedí otro café y me quedé con la hoja en mis manos. Al mirar Buenos Aires por la ventana se veía más linda, cálida, con gente caminando junta, charlando; y yo aquí esperando.
Cuando al fin el mozo acercó el pedido, encendí un cigarrillo pensando en cuando dejaría una vez más, y me interné en esas palabras sentidas.

“mensaje directo con tinta viva”
Buenos Aires vos sos testigo de mi momento y hoy a la espera ansiada por tanto tiempo quiero contarte y así quizás rendirte un secreto homenaje.
Hace ya tiempo conocí alguien que luego de aquel momento traería a mi vida esperanza. Ella no se lo propuso, lo sé, pero tampoco yo. Entonces el encuentro fue casual. En aquel momento me hallaba perdido tras la partida de un hermano, abatido por alguna vieja historia y próximo a un nuevo cumpleaños; en síntesis, en esos días mis pies caminaban por vos sin saber bien donde ir.
Pero llegó ella y mi marcha cambio de rumbo, se aceleró como también se apuraron mis latires al conocerla.
Y sabes Buenos Aires? Fue difícil todo porque ella no estaba sola entonces el camino se hacía más duro. Desde el principio supe que era algo casi imposible pero vos sabes bien que no era en vano que intenté.

Y como era ella? Ella era y es....mujer, humana, tiene todas las cualidades que pudieran enumerarse como belleza, ternura, alegría, inteligencia y más porque hay algo que desde dentro trabaja como un imán atrayéndome.
Y vos sos, como dije antes, fiel testigo que el sentimiento siempre fue puro de ambos lados, sin excesos con la cantidad justa acorde al momento, y fue siempre así.
Ella me mostró que aun podía pelear por mi y para mi; porque luego de intentar dar muchas manos era hora que yo también me la diera.
Y luego de tanto andar, de tantas idas y vueltas, aquí estoy esperándola. Y te escribo como sé que podes escucharme ya que tantas veces en tus cafés me albergaste; y lo hago con tinta viva ya que todo en vos es vida color y fuerza.
Ah, perdoname ciudad aquí va llegando, tengo que irme, pero antes quiero decirte que desde ahora no me veras caminar solo. Me veras acariciar tus calles acompañado. Chau

Miré nuevamente por la ventana, observe esas veredas, el café había terminado, el cenicero acumulaba alguno que otro cigarrillo más que desde la llegada y con la birome cargada ahora con tinta viva emprendí la escritura una vez mas.
Al rato salí, una vez más tratando de no buscar pero si de encontrar, caminando prolijo para llegar hasta allí.

Amistad


De “Historias de una historia” escrito en Julio de 1992, para Javier y Pepe, mis amigos.


“Los amigos son hermanos que te da la vida...”
“Yo los llevo en el corazón...porque me importa poco el mundo, primero estas vos...”
“...siempre pese a la distancia estaremos juntos...”
“La familia te llega, los amigos son hermanos que uno elige...”

Todos adherimos a estas frases, de hecho son nuestras.
Amistad sin cuestionamientos que llena el pecho a la hora de hablar de los amigos, al mencionarlos, al verlos, al recordarlos.
Amistad, amor en definitiva, porque se quiere con el sentimiento apegado al alma, porque se sufre si el otro sufre, porque se alegra si el otro triunfa.
Amistad, un tesoro que muchos creen tener y poco pueden mostrar.


“Mis amigos...lo mejor de cada casa...” sin dudas el Nano Serrat no se equivoco al tan bien entonarlo en una de sus canciones. Amigos para compartir, para respetar y para vivir.
Amistad, eso que te explota en el pecho si tenés que alejarte. Eso que puede ser el único motivo para justamente no irte, eso...y más porque se mete en cada centímetro del cuerpo y da forma, porque uno es también gracias a sus amigos. Hasta de cada diferencia se toma para reflexionar, para meditarla.

Amistad, aquello que no se confunde con compañeros de colegio o con solo el conocimiento paulatino pero no profundo de quienes habitan cada día de nuestros días.

Sentimiento que a veces, a pesar de no coincidir, se intente uno abrir mas para llegar a un entendimiento, a un acuerdo.
Amistad para perdonar errores, para luego de ellos reencontrarse en un abrazo borrando en el reconres y estar listos para volver a dar.
Amistad desfachatada para exponer ante todos y al que no le gusta que se joda, que no escuche.
Y el termino queda chico para definir este sentimiento de los tres amigos (Javier, Pepe y Eduardo) porque es mas, es como ser hermanos; entonces es una “hermandad” si se quiere, algo mas.
“...porque los amo...” y contengo la lagrima que se me puede escapar, pero no por tristeza, por bajón, sino por agradecimiento.
Y, a quien agradecerle? No sé, a Dios, a la vida, al destino...¿a quien? En definitiva a todo porque los amigos están en todo, son parte de todo, de Dios, de la vida, del destino.
“Pobre” no es aquel que no tiene dinero, sino quien no tiene amigos para contar porque la amistad es invalorable, su magnitud es incalculable.
Amistad, para saber cambiar juntos, para saber esperar si alguien se retrasa, para correr, pero por sobre todo juntos, disfrutando cada paso, cada freno impuesto y necesario en ocasiones.
Eso que se siente, eso que es difícil de describir en algunas palabras porque ninguna es exacta para dar en la tecla, eso es amistad.

Imágenes

Como fotografías inmateriales quedan siempre miles de imágenes en mi mente; tu rostro en diferentes ocasiones. Quizás para vos sea esto una tontera, quizás ni te des cuenta de mi cámara imaginaria con la que registro tus caras. Sé que a veces soy excesivo puesto que tomo mil fotos de la misma imagen. Y siempre llevan un relato acompañándolas.
En todos los casos guardo imágenes...
Pero hubo una que guarda para mi un tono especial.

“Noche , un sendero al frente y un camino a recorrer, coincidencias con la vida. El motor sigue su monótona canción de aceleración y frenaje, el paisaje tiñe sombras y las luces no alcanzan para llenar la oscuridad de una noche especial.
Atrás quedaron momentos inolvidables, días a plena felicidad, días vividos con vida.
El dialogo se detuvo, al parecer, entonces el silencio gana espacio. Recorro con la vista el lugar y entiendo que un nuevo dialogo ha comenzado.
La luna parece tener mas luminosidad, se hace fuerte en la noche y recibe ella más luz. En ese auto alguien habla, alguien comienza un dialogo interno y sentido, una charla hacia su propio corazón, un reencuentro necesitado, un sentimiento transmitido en viva conversación interna sin sonido. Sus ojos se cierran , sus manos se juntan y su corazón y alma dan rienda suelta a la comunicación.
Fue en ese preciso instante que supe que no estaba errado, puesto que su rostro se había llenado de luz, dando de esa luz al viaje; tomé mi cámara y suavemente con el filtro de sonido registré el momento.

Magia!!!! Dije; sin duda era tan mágico ver el claro de la luna bañando sus mejillas, marcando los contornos de su rostro, cerrando suavemente sus párpados y dando brillo a sus labios que no pude mas que contemplar, y aunque no pudiera escuchar sabía que estaba hablando.
No quise interrumpir, me parecía insolente ante tanta belleza y solo me contente con admirar la imagen, con guardarla en mi álbum esa foto. Una mágica, una más de ese rostro de quien llena de vida mi vida.”

Cada foto tomada habla, transmite, dice que vos siempre en mi estas presente...

Un regreso anunciado, una vuelta al futuro

Apoyado contra la ventanilla veía como la ciudad, su ciudad, que lo despedía encendiendo poco a poco sus luces. Su camino estaba marcado, y mas con la iluminación que en el caer del día le proponía su lugar.
Pasaron kilómetros y por esa ventana, como una pantalla de video en natural, el campo y sus contornos, marcaban un viaje. Las luces en el camino, o alguna perdida en el medio del oscuro paisaje, también eran claras imágenes de su presente.
Solo se levantó de su asiento al llegar a destino, no tenía valijas, solo una mochila en sus hombros. La terminal se veía como una romería de emociones, alegrías y tristezas convivían con un marco especial; regresos.
Con las manos en los bolsillos del gastado jean, abrigándose entre sus propios hombros, a paso normal camino hasta la playa.
Se sentó en la arena, aún era de día, atardecía y debía esperar para establecer el vínculo internamente buscado.
Se quedó dormido. Al despertarse las estrellas fueron su primera imagen; levantó su cabeza, cruzó sus manos por delante de sus rodillas y aspiró profundo. Allí enfrente su amigo decía presente y pronto, de un solo golpe, en un solo instante, el daría cuenta del pasado-presente y futuro.
Caminando sin zapatillas. Llegó a la orilla, sintiendo como sus pies se hundían en la arena blanda, levantó la vista al mar.
Él, constante, majestuoso, inigualable y eterno, allí estaba como un buen amigo, siempre dispuesto, mostrándose tal cual es; la luna iluminaba como nunca formando caminos de luz en el agua.
Se sentía feliz, como si su cuerpo hubiera tomado movimiento luego de un letargo.
Estaba eufórico pero sereno, quizás los tiempos habían, además de anotado alguna cana y alguna arruga, enseñado a medir. Aguardar, a contemplar.
Pero no podía ni quería ocultar su alegría.
Y entonces su amigo abrió contacto.
Como otras noches una ola se levantó, tomó fuerza. Era inmensa y hermosa; cuando estaba desplegada por completo mágicamente un dibujo en su lomo se leyó, decía “aqui estoy”.
Creyó que su interior explotaría, la emoción era incontenible. El espectáculo único y privado.
Extendió sus brazos, abrió sus manos, cerró sus ojos, y desde su interior partió una fuerza que llegaba hasta sus manos, durante minutos creyó estar abrazando a esa ola diciendo a gritos desde dentro: “Gracias por estar aqui”.
Cuando abrió los ojos, sus brazos estaban cerrados y entre ellos en una abrazo mutuo estaba ella, la mágica mujer que soñó.
Miró al mar y este con una especie de sonrisa volvió a ser el mismo, su amigo le había traído a ella.
El agua bañó los pies desnudos de ambos.
La noche los vio perderse caminando abrazados.
Nadie explica en esa playa las huellas de mujer que quedaron grabadas saliendo del mar encontrándose con las de un hombre en la orilla...

El eterno baile de disfraces

Es inevitable caer en la tentación de esconder parte de uno mismo tras una careta mas o menos autentica. Ya en años remotos cuando el siglo despuntaba sus días se hacían en casas y castillos bailes fastuosos de disfraces, y hacia allí iba la gente que, careta en mano, jugaba a ser quien no era, hasta que en el final de la velada (o casi) todo se reventaba contra la realidad al ver quien estaba tras la mascara.
Hoy cuando el siglo esta a punto de finalizar todos, quien mas quien menos, jugamos a esconder parte de nuestras vidas tras una careta, el chateo es eso, un baile de disfraces que no tiene fin ni obligación. Tras un nick se esconde vaya uno a saber quien y que. Somos entonces quien queremos ser, los mismo de todos los días o los que quisimos pero no pudimos, escondemos tras ello y tras el teclado un sinfín de secretos que se archivan en el arcón intimo de cada ser.
Y no damos acceso a todos, solo algunos saben en definitiva quien es quien en este juego...pero nadie esta exento de jugar de participar en este baile, nadie.
Y algunos llegan a encontrar en este medio un verdadero lugar en sus vidas. Es que la aventura de estar y no estar es mágica... y como el suspenso gusta en ocasiones es necesario seguir, continuar...
Cierto es también que hay un miedo gigante a descubrir en aquel nick, en aquellas frases dulces a un verdadero monstruo, quizás porque el estigma del “príncipe azul” recorre a todos en mayor o menor medida...los monstruos son aquellos pensamientos, sentires, deseos, realidades, vivencias y fantasías ocultas en cada ser. Como determinar ese monstruo de que forma ha de salir?

Dificil puesto que convive con nosotros, esta inmerso en nuestros días, en nuestros amaneceres.
Y entonces que mas entretenido que participar de este baile con cierto aire de “inocencia” (aquella que se pierde en cada paso de madurez...) como no ser parte de un sueño colectivo de disfrute y quizás al final de la noche encontrar tras la mascara a quien tanto esperábamos o quizás a ....nosotros mismos...

Recreo

Vuelta al ruedo. Todo comienza a girar nuevamente en el sentido de una suave y querida rutina; como si el timbre del recreo hubiera tocado y anunciara así la vuelta a clase. Y no querer aunque en el interior se quiera regresar. No es un castigo, no, pero siempre gustamos del recreo, del tiempo en donde correr, jugar, soñar, imaginar, competir...
La vuelta al aula no es un sacrificio sino una dulce rutina cotidiana de seguir aprendiendo, de hacer lago por uno mismo y para uno mismo.

Todo recomienza a girar en torno al toque de una campana imaginaria que deja desierto el patio y aunque pronto vuelva a llenarse hay un dejo de no querer entrar a clase.

Pero ni aun el regreso a la actividad cotidiana puede borrar de la mente los sueños, las ganas, la ilusión, la fantasía den cada corrida por el patio, en cada gol, en cada golosina comprada, en cada juego a solas jugado al sol. Y aunque no se desee un recreo eterno, ya que esto sería un dejo personal, se intenta un equilibrio.

La rueda vuelve a girar pero todo saben que en cada vuelta estará gritando presente, que en el recreo nos encontraremos para compartir sin tiempos nuestros tiempos, y entretanto en clase yo que siempre sueño te estaré mirando, tan enamorado como bobo porque un en el pizarrón veo tras los trazos de la tiza tu rostro imaginario. Entonces estaré lejos de los juegos pero cerca de seguir aprendiendo simplemente, con palotes primero, con letras después, con dibujos y palabras...aprendiendo...

Y cuando menos lo imaginemos, cuando menos lo, pensemos estará sonando el timbre nuevamente para salir al recreo.

Buenos Aires


Desde la vidriera la misma sonrisa me recibe al bajar del colectivo. Y desde allí siento a Buenos Aires, mi ciudad, intima y legitima, aunque pueda mostrar mil caras diferentes para mi siempre es la misma, como esa que sonríe, alegre.
Y caigo en uno de sus bares de cafés expreso y medialunas de manteca secundado por un deseo.
Me siento, recibo el café escupido por la maquina que seguramente hoy hizo tantos que no se fija que yo necesito uno especial.
Una hoja cuadriculada y un montón de letras unidas en pregunta y decepción.
Una línea bajo un nombre que termina en tres lagrimas y quizás pudo ver como de manera casi mágica la hoja se transformase en espejo de la cara de la autora. Se ve desilusion, desenfado y mil interrogantes. Palabras tachadas como un reflejo de un sentimiento que quiere ser o que se tapa, ó que se transforma con la realidad.
Alrededor mío algunas mesas se llenan de charlas superficiales y otras solo de algunos que buscan en el fondo de la taza del café la explicación al momento, al problema, a algo, suicidándose en la presión sobre el cigarrillo y una bocanada de humo que casi puede hablar. Y entre ambos yo habito por espacio de un café mi pequeña isla en buenos aires.
Y no se como hacerme cargo y también pienso que la angustia es una lagrima, o siento que mirando atrás veo mil derrumbes de castillos de arena, y reconozco las diferencias; pero nada hace cruzar al olvido por ahí. Es difícil hacer combinar las piezas de este rompecabezas...pero siempre al final conjugan y forman un todo. Quizás por allí me encuentre en el mismo trabajo.
Pasa un hombre solitario con las espaldas vencidas, con los brazos caídos luego de tanto andar y sé que no quiero llegar allí.
Entonces aun con miedo, incógnitas, pasado, coincidencias, diferencias, sentimientos, vergüenza y proyectos me propongo abrir una hoja en blanco y aventurarme a escribir en ella intentando así algo sin temores previos.
Café de Buenos Aires ahora me toca irme....el ventilador cesó su marcha y alguien me espera....y no es una sonrisa en la vidriera sino un sentimiento en cada paso.
Te dejo mi estimado café este escrito que quizás sea justamente lo que necesito.......

Vida tras vida


Sentado en la orilla del mar en una playa lejana y solitaria, esa noche buscaba en la arena construir o reconstruir la imagen del futuro.
Así como cada ola anticipaba la llegada de otra, quizás más grande, pero con la misma forma intentaba conectar su pasado-presente con su futuro. Sentado allí con las piernas recogidas y sus manos entrelazadas por delante de las rodillas se sentía atado, sin poder ser mas que un mero espectador. Aunque en su interior necesitaba no solo contemplar todo aquello debía quedarse allí, al margen, observando.
Al descubrir esa hermosa conjunción de agua que se levantaba delante de él, sabia que tras ella llegaría otra, pero ninguna seria igual.
Así, nada sucedía hasta que en medio de su contemplar ocurrió el milagro, eso que no esperaba, eso mágico. En medio del amplio mar e iluminada por una luz extraña, potente y amplia pero de difuso origen; allí se levantó una enorme masa de agua, hermosa, fuerte, atrayente, bella como ninguna, que se mantuvo por un largo periodo de tiempo alta, allá arriba para ser admirada mostrando toda su potencia lo llamaba; entonces se levantó camino presuroso unos pasos para poder ver más, para hasta intentar ser parte de ella y ala acercarse mansamente ella descendió, y atrás apareció otra más pequeña, misteriosa y cautivante con todo por dar, por aprender, como si fuera un arte que debiera ser enseñado.
Su asombro era tanto que buscaba a su alrededor a quien mostrarle esa imagen pero nadie más que él estaba en la playa.
Entonces la primera ola volvió a levantarse, y al caer bañó sus pies, luego la pequeña hizo lo mismo.
Quedó extasiado, sin poder moverse, sin atinar a nada, observando, buscando en el mar más pero allí nada más surgió.
La luz se esfumó y el mar volvió a ser como antes, como siempre.
Metió sus manos en los bolsillos y miró hacia abajo, entonces vio nuevamente la luz solo que esta vez provenía de sus espaldas como si algo atrás de el la reflejara.
Casi con temor fue girando lentamente, hasta ver en la playa, sentadas en la arena, a una mujer y una mujercita.
Sabía que solo la magia las había conectado y por eso estaban juntas, aunque solo las uniera la virtud de ser mujer.
Y desde entonces ya cuando se sienta en la playa, esta, no se halla desierta, dos luces lo iluminan y dos mujeres lo acompañan.


Temperas


Subía las escaleras, o bien tomaba el ascensor...dependía de las ganas, generalmente subía entonces los escalones presuroso. Esperaba que llegara la hora de la merienda y buscaba, hurgaba en su escritorio la excusa. No había nada...buscaba y buscaba...hasta que al final “una tempera!” se decía...y entonces raudo, presuroso y contento recorría los dos pisos que distaban de la casa de ella. Mauro tenia 12 años cuando conoció a Marcela, ambos vivían en el mismo edificio. Se habían mudado alli poco tiempo antes y desde el mismo comienzo el sintió un profundo amor. Amor de criatura, amor del puro, de ese que no sabe de restricciones mas que de aquellas que tiene que ver con el pudor. Y entonces buscaba mil excusas para ir a verla, solía encontrar en los ultiles la excusa perfecta, en su constante y recordada desprolijidad, mencionada siempre por su madre delante de ella, la coartada ansiada. Pero sus intenciones y sus sentimientos quedaban abatidos ante el intento de un beso. Cada vez que llegaba sucedía lo misma rutina....timbre, la mamá de Marcela, el dialogo
“hola señora esta Marce?”
...y la respuesta “que te olvidaste esta vez?” de seguro la madre lo sabe se decía el mismo....pero vencía el pudor y las palabras mágicas se escuchaban...
“pasa, pasa....esta en su cuarto”.
El recorrido era solo un pequeño camino y que importaba si fueran miles de kilómetros si el final era verla. Casi con vergüenza tocaba en el marco de la puerta y Marcela respondía
“Hola Mauro!!!!....no me digas que otra vez se te acabaron los cartuchos 303!!!!!”.....
”NO Marce...sabes lo que pasa??? la guacha esa de la de trabajos prácticos me dio para hacer una....una.....(pensaba rápidamente pero el nombre de escala no salía.) eso...eso que mezclas....”
“una escala Mauro una es-ca-la! Jajajaja, sos un personaje”
“Bueno si eso....no me salía...tenes una tempera blanca?”
...y el tiempo entre el pedido y la posterior partida se estiraba todo lo que Mauro podía transitando las mas diversas charlas compartidas sobre colegio, música, prohibiciones paternas, etc. Y es que alli justamente se hallaba el tema, en lo ultimo, en el padre; aquel que nunca estaba, osea que cuando si estaba, Mauro ni se olvidaba temperas ni se olvidaba un mapa ni nada, era casi un alumno ejemplar.
En tanto siempre sucedía que cuando por casualidad la conversación rondaba cerca de lo personal aparecía la madre ofreciendo un toddy.
Y es que cierta vez cuenta la historia de esta historia en una tarde de época invernal y solo en la casa de ella sucedió. Sentados frente a la ventana del comedor de golpe y casi sin hablarlo se dieron un beso.
Uno que tuvo el sabor mágico de ser casi el primero, que no lo fue por culpa de la botellita o el semáforo, pero que quizás lo era desde lo sentido. Mauro transitaba esa edad que produce sensaciones profundas por momentos intensos de cosas simples. De esas sensaciones y cosas que difícilmente cuando grandes se repetirán; será época entonces de los grandes emprendimientos y las mentiras cotidianas....pero los 12....tienen ese sabor especial polenta de la vida que empieza a tomar fuerzas. Se acaba el colegio primario se es grande y pequeño a la vez porque se sabe que en el año entrante se será el menor del secundario...pero que importa el otro año si la gloria se tiene hoy en las manos cuando a los doce se es dueño de un universo de cosas. Es el año del viaje de egresados, de los diplomas, de metas alcanzadas, de proyecciones cercanas, de magia...
Marcela y Mauro iban a diferentes colegios, ambos privados, ambos parecidos pero por esas cosas del destino a 20 cuadras el uno del otro. Aunque ambos mixtos, ambos de doble escolaridad estaban en una lejana cercanía. Y en el medio de ambos una historia a ser contada.
Fue después de aquel beso de labios apretados, de músculos contraidos, de ojos cerrados pero queriendo estar abiertos, por aquello de ver que realmente era un beso!!!, el paréntesis fue mas que largo o al menos así pareció para Mauro. Porque cuando creía entonces tener el mundo en sus manos dio cuenta que no solo tenia solo un sueño sino que además debía aun ser totalmente “des-soñado” de a dos.
Cuando el fin de año los sorprendió el estaba metido en las cosas de ese fin de año glorioso, ella también y desde aquel beso habían mediado miles de temperas blancas y de colores junto a conversas de las mas variadas pero nunca quizás por el destino otra vez a solas con el suficiente tiempo para otro mágico beso.
Entonces fue una tarde que de casualidad el ascensor los encontraba que Marcela le dijo
“Tengo una fiesta el sábado queres venir?”
Pensaba disparar el si de inmediato pero algo lo detuvo...”Pero no conozco a nadie”
“Venís conmigo tarado”
Que bien sonaba ese tarado en sus labios!, pensaba él, como que era aceptado como una forma de ser mas íntimos, porque a nadie se le decía ese tipo de “tarado”, era casi un insulto dulce, una caricia.
“Bueno....”
Ese sábado fue corto, entre las actividades de ambos en los clubes a la tarde se encontraron, y quedaron de a las ocho y media. Llegaron a la fiesta en casa de Natalia, la amiga de Marcela y la cosa transcurrió normal hasta que la misma anfitriona quiso saber mas de Mauro y en medio de la fiesta se le acerco a el que estaba solo ya que Marce conocía a casi todo el mundo.
“vos sos Mauro no?” natalia de unos ojazos celestes, nada comparables a los de Marce obviamente para Mauro, pero de una carita simpática preguntaba
“si...el mismo, vos sos Natalia la amiga de Marce...”
Desde alli en adelante creció el dialogo, de esa fiesta regreso con teléfono anotado de natalia y demás datos. Nada suecdió entre ambos ni esa noche ni las tardes posteriores, pero aun cuando fuera asi algo paso alquel día.
La vida quiso que alli se hiciera la división y desde entonces Marcela y Mauro de a poco casi sin notarlo se fueron separando. Aunque ambos se quisieran aunque ambos a la sombra de aquel árbol cuando el grabo los nombres a punzón en el tronco se prometerían que habría mas besos, mas abrazos...muy a pesar de todo cada uno siguió por su lado.
Y crecieron y vivieron sufrieron y rieron por miles de veces hasta cierto día.
Un día la casualidad a veces llamada destino quiso encontrarlos en el medio de la nada, de una calle muchas veces por ellos transitadas en el mismo barrio, bajo un sol parecido. Fue el quien la vio, la reconoció al instante y se acerco...
“perdón, me podrías prestar una tempera?”
“MAURO!!!!!” se dio vuelta Marcela.....
La charla duro toda la tarde caminando por el barrio contándose de hijos, parejas y demás avatares de la vida transcurrida después de aquella famosa fiesta. La cual recordaron juntos dando cuenta de la real importancia y diciendo ambos que hubiesen preferido no haber ido porque ambos se querían y quizás alli fue donde se separaron.
Mauro entonces hizo su relato final
“nunca mas supe de temperas perdidas, de ausencias de mapas y de corridas por escaleras de escalones cortos y largos. Nunca mas vi lo que en tus ojos al decirme cada cosa, incluso tarado. Pero lo que mas añoro y nunca mas tuve fue un beso como aquel beso, aquel que para ambos no fue el primero en listado pero si lo fue desde lo sentido. Pasaron muchas cosas, muchas personas y ninguna supo besar mejor que la que esa tarde bese yo. Ya el tiempo ha pasado y no vale intentar rememorarlo pero si vale decirlo porque era un secreto a voces guardado, ahora ...ahora es algo a ser con vos compartido”
Marcela cerro
“lo mismo me paso, que cosa no? Tantos años tantas cosas y sin embargo aun recordamos. Seguro es la fuerza de la magia...la magia de los 12 años...”

y en la caminata se oyeron aparte de los pasos miles de risas de relatos, de cosas....ambos regresaron a sus casas con parte encima de aquella chica y chico de 12 años.

...sobre leyendas y princesas....



Cuenta la leyenda que una princesa daba vida a las noches de letargia de aquellos vagabundos que moraban la vida en pos de la palabra perdida. Con arte único hacia que aquellos que caminaban los trazos de los caminos de diferentes prados tuvieran por momentos una recompensa. Y es que la princesa sabia era una artista. Ella habitaba un castillo que no tenia grandes torres ya que decía que seria difícil para quienes quisieran recitar sus poesías que ella pudiera desde alturas muy grandes escucharlas. Aparte tampoco podría ver desde lejos el rostro de quien contaba versos, no podría verle a los ojos, entonces no podría descubrir la magia de la fantasía en las letras recitadas escondida. La princesa dividía sus días entre el tiempo de sus realidades y de sus fantasías. Es que ella de pequeña supo del dolor de la falta de estima, de esa ausencia de actitudes requeridas. Pero también en sus tiempos había conocido de la risa mágica de la vida, de la caricia bien sabida, bien impartida...
Desde pequeña ella sabia de las emociones compartidas. Pero fue un día, o una noche ...nadie lo recuerda bien en el reino...que ella estaba en su castillo como cada día...y llego hasta el un caminante que pasaba por el lugar y que oso con sus versos a la dama inquietar. No era un príncipe, no era un mendigo, no era mas que lo que era; uno mas del lugar. Pero del lugar de donde ella se preguntaría. Del lugar que nunca he de dejar diría él con maestría o quizás del que nunca has de llegar replicaría la princesa.
“Quizás pero de seguro se que en el caminar no son los pasos ni las metas lo que busco sino el solo hecho de andar, andar por la vida mostrando quizás mis rarezas, enseñando mis pocas poesías, quizás encontrando, pero nunca estimada princesa mía....nunca buscando. “
“Es entonces que andas por los caminos como perdido sin haberte justamente perdido? “Quizás pero que mas creo que aquellos pasos dados, aquellos miles de contratiempos sean hoy bien venidos ya que hasta la morada de semejante princesa he llegado.”
“Se agradece el cumplido pero sepa usted estimado caminante que las princesas somos muy especiales es mas yo se que en algún lado se oculta mi mandato pero aun no lo he encontrado.”
Fue entonces que aquel errante personaje saco de entre sus ropas un escrito y dispuso a leerlo.
“Estimada princesa quisiera prestar oídos a esta palabras? Considéralas a su merced como la dama las quiera son escritos entregado a mi en una aldea, por una persona que dijo a este caminante que con rumbo cierto caminara, que las mismas huellas serian mis pisadas, que quizás volviera tras los pasos, pero que de seguro en algún momento a una dama encontraría y si ella guardaba aun la sapiencia de los que quieren aprender entonces si leyera estos párrafos, en su totalidad o en parte pero mirándola a los ojos porque alli mismo quedarian escritos.”
“A quien esto escuche guardo siquiera por algún instante silencio, solo para interpretar las palabras que este mandato han de llegar, solo por deferencia a quien de alguna manera fue mensajero en esta cruzada sin igual. A la princesa que entonces ahora escucha quiero decirle que aun cuando pudiera enumerar la cantidad de puntos de su mandato deberá encomendarse al primero. El inicial y del cual el que esto lee tampoco podrá escapar. Ambos se miraron.....”adelante!” dijo la princesa.
...es entonces que deberás aguardar hasta que cierta noche llegue, en la cual mas no has de esperar que las palabras que en tus oídos sonaran, quizás como suaves caricias de un gusto especial, quizás como un puñado de sentires en verdad. Será una noche de alegría, será una noche sin igual, habrá miles de personas en el lugar pero de entre ellas vos te has de destacar y un caminante, un personaje intentar abordarte y algo al oído contarte, será una llave, será una referencia del mandato que aquí te quiero dejar.
Sorprendida la princesa dio cuenta de aquellas palabras y pregunto, “pero que es lo que se supone que he de esperar?”
“No se mas que lo que las palabras dicen princesa, es en lo único que puedo ayudar.”

La vida, el destino o como fuere quiso que los caminos anduvieran paralelos entre ellos. En tanto ella hizo de su tiempo el tiempo de las escuchas, de atentas miradas, de aprendizajes cotidianos.
Y una noche en un palacio cercano una fiesta dio lugar y a ella la princesa fue invitada como una mas. Pero no seria la noche una mas.
En medio de la gente la bella princesa dio con aquel que lo historia hubo de contar, osea con aquel personaje sin igual que siempre cerca de ella estuvo y que en esa noche estaba en el mismo lugar. La música unió los pasos, y los oidos atentos de la princesa de los labios de aquel humilde personaje escucharon la historia, la primera gran historia que hubo en el lugar. Dicen que la vida tiene mas de un comienzo. Quizás princesa y caminante hallaron alli uno de ellos. Lo cierto es que de aquel día los caminos juntos fueron.

Historia de viejo sauce

Una historia, un lugar, un pueblo, un árbol...
Sobre una pequeña lomada alejado de un pequeño pueblo un árbol hacia pie en medio del verde. Hasta él llego un día un caminante que por allí pasaba. Se sentó bajo la sombra que daba, el sol, el día, la época del año hacia que esos atardeceres fueran de necesaria calma. Cuando se disponía a dejar cerrar sus ojos miró el tronco de aquel árbol. La imagen que vio lo dejo expectante, volvió a mirar y pudo registrar que en la madera estaban grabadas palabras. Pero no eran grabados hecho con puntas finas de punzones sino que las mismas eran relieve de aquel. Entonces leyó miles de palabras que difícilmente pudo unir. A ese tiempo se acerco hasta allí un habitante del pueblo. Entonces le pregunto, luego del saludo de cortesía, que eran esas palabras allí grabadas. El pueblerino se sentó y comezó a contar una historia...
...hace ya tiempo en este pueblo habito un personaje singular, pleno de palabras, de frases y de historias narradas. Fue este personaje que un día llego al pueblo en la mañana de un invierno común. Desde que llegó se instalo en el pueblo en una casa de las mas lejanas, su profesión era un sinfín de habilidades unidas. Se dedico durante su estancia a millares de cosas, desde pintar parte del pueblo hasta colaborar en las misas. Fue así que se hizo conocido y parte de nosotros. Mas fue un día que sentado en el viejo bar comenzó la verdadera historia de Jorge, así se llamaba. Aquella tarde estaban reunidos en el bar mujeres y hombres en el final del día de trabajo dejando pasar el tiempo tras la charla. Él sentado en la barra observaba a todos y casualmente cruzaba palabras con quien cerca pasara. Entonces se acerco hasta el un niño y solo lo miraba...el lo tomo de la cintura y lo sentó a su lado y comenzó a narrarle un cuento...un hermoso cuento que poco a poco fue cautivando a todos los que allí estaban. Más se adentraba en el relato, más se acercaban las personas para escucharlo. Por mas que el cuento era un historia infantil la misma era increíblemente bella y merecía ser escuchada, narraba sobre la historia de un conejo de los sueños. Cuando por fin la historia llego a concluir el chico se despidió obsequiándole una sonrisa inolvidable. El resto de la gente no sabia si preguntar o solo tomar el hecho como una casual narrativa al paso. Pero una mujer que allí se encontraba se acerco y pidió por otra historia, fue entonces que Jorge relató la historia mas profunda del amor de una pareja en tiempos de caballeros y doncellas. La mujer al igual que aquel niño le regalo una sonrisa amplia y pura. Así fueron pasando los cuentos pedidos, como aquel que le contó aun hombre adeudado sobre la historia de un hombre que mintió tener un millón de pesos. A todos y cada uno le arrancaba al fin la sonrisa, precio de sus relatos. Pero que fue lo realmente importante de esto?...bueno mas tarde el dueño del bar sentado al otro lado de la barra le dijo....
“es que contaste a cada uno una historia, tantas sabes?.....”
“no, no he contado mas que lo que cada uno pidió, y es mas, lo que cada uno necesitaba al tiempo de escuchar el relato, por ejemplo aquel niño eran horas estas de que estuviera durmiendo, el conejo de los sueños fue quien en definitiva lo llevo hasta su cama...”
fue entonces que dieron cuenta de la importancia de aquel personaje querible en el pueblo, y lo tomaron tal cual era, un amigo.
Cada uno recibió durante el tiempo que el estuvo las palabras que necesitaba.

Pero hubo un día final, uno en el cual Jorge debió partir y entonces como tantas otras en el bar explico a quienes lo escuchaban.
“...es que debo seguir andando, es menester que así lo haga, me llevare conmigo la cantidad de emociones que ustedes me han sabido brindar, cada una de las sonrisas entregadas a cambio de mis palabras. Me voy pero de alguna manera les dejare algo mas.”
Él se marcho y en las calles, aquel bar y en cada persona quedo el gusto amargo del haber visto partir a alguien que era tan de ellos.
Un día un habitante camino hasta el árbol llevando consigo el peso de un amor no correspondido, llego hasta el y al querer sentarse encontró lo que hoy vos encontraste. Días después se supo el porque de esas palabras en relieve. Antes de partir Jorge había llegado hasta ese árbol y a la sombra del mismo supo enterrar en papel las miles de palabras dichas, historias contadas y algunas mas. Entonces tras las primeras lluvias el árbol comenzo a tornar su tronco en las palabras por aquel personaje dejadas para todos. y cada uno que sentía la necesidad de hablar nuevamente con él se sienta bajo la sombra de este árbol y recibe con el rocío las palabras al oido. Es mas en las noches quienes por aquí andan dicen que acostado mirando el cielo tras las hojas del árbol se pueden ver las estrellas aun en noches nubladas, solo es cuestión de quererlas ver...

Magia, verdad, mentira? Nadie sabia bien...pero lo cierto es que el caminante que había llegado y escuchado la historia se quedo solo...llegó la noche y se acostó mirando el cielo deseando profundamente ver las estrellas por mas que el cielo pareciera negárselas...luego de un rato entre las hojas comenzaron a verse las mismas...y al cerrar los ojos como un rocio suve que cai sobre su rostro escucho una historia, tal cual la queria...

Tres monedas

Noche, madrugada, historias, relatos...ideas

De un lado Pepe y Eduardo, al otro, lejos pero siempre cerca, Javier y Claudio. Casi 10 años de un cuarteto que ya no era. En la terraza eduardo reflexionaba en voz alta mientras las brasas daban cuenta de un asado mas.
“decime, quien tendrá la posta?”; “Cuantos asados mas de a dos y cuantos menos entre cuatro?”
“mira, la cosa es así, ellos allá están bien, nosotros aquí también y en tanto la vida sigue, las peques van pasando de princesitas en princesas y nosotros mostramos alguna cana mas...y quizás así este bien no?”
“pero...”

en ese momento de su bolsillo saco un manojo de llaves a la cual le faltaba el llavero, uno que habían hecho casi 10 años atrás.
Antes de su partida Javier tomo tres monedas iguales, les hizo un agujero y las repatrío a Pepe, eduardo y una se quedo él. Y en el acto dijo: “un día, algún día seguro, juntamos las tres monedas otra vez, mientras cada uno la lleva siempre eh?”
Los tres respondieron que si sellando el pacto. Claudio que no tenia una debido a que en ese momento se encontraba en España, seria luego el que, aun cuando se quedara sin ella, poseyera mas...

Pepe olvido la suya en algún lugar, Eduardo siempre sostuvo que en un viaje quedo en alguna parte y Javier entre tanto viaje hecho no recordaba bien cuando había sido el día que la dejo de ver en su poder.
Claudio fue el ultimo en partir dejando ese mismo día dos dúos perfectos.

Un día de fiestas de pueblo, allá en España, y en medio de la música y los bailes se acerco Claudio hasta una vieja que hacia las veces de vidente, pero no con atuendos extraños, no con bolas mágicas, sino solo con algunas pertenencias en una canasta. Claudio afecto a las adivinaciones fue a preguntar por su suerte. La vieja como si lo esperara le contó de una viaje, de un regreso y al fin entrego una pequeña caja y le dijo: “ llegara un miércoles cuando estés ante tus amigos mas queridos, será en medio de esa charla, ni al principio ni al final, que la caja deberás poner sobre la mesa y abrirla. Antes de ese encuentro jamas deberás abrirla...”
Cuando esto sucedía llego Carmen lo tomo de un brazo y entusiasmada lo llevaba a ver unas luces en el cielo ; mientras Claudio, sin prestar atención agito la caja y no escuchaba nada dentro de ella, así que decidió tirarla, mas en el mismo momento que su mano se extendía algo lo hizo olvidarse y guardarla en un bolsillo.
Al pasar los días Carmen encontró en su casa la caja y la puso, ya que era bonita, sobre un estante en su casa. Y alli por años quedo.

Un día Javier y Claudio emprendieron un viaje, familias y pertenencias varias a cuestas salieron de España recordando sus pasos hacia la Buenos Aires de siempre. Ella, la ciudad, estaba en esos meses donde el calor aprieta, era un Lunes de Enero de esos que en Buenos Aires el calor ocupa casi todo el espacio sin dejarle lugar al mismo aire. Se acomodaron y se dijeron no llamar a Pepe y Eduardo y darles una sorpresa con su llegada. Una que programaron y que necesitaron de Mariana y Marisa, esposas de Eduardo y Pepe, como cómplices. Como en un programa de TV de encuentros lejanos y cercanos contaron de su plan.

Durante el martes Pepe se entero mediante Marisa que al otro día debía ir luego de trabajar hasta San Telmo a buscar a Eduardo a un bar en donde había una presentación de escritores noveles a la cual Mariana no podía ir porque, las nenas, Ailen y Jazmín, tenían una reunión de colegio a la cual Flopi y Maca, las peques de Pepe, también estaban invitadas.
Eduardo supo que Pepe los esperaba en un lugar a las 22 según Mariana le contó porque le tenia que contar sobre un negocio que emprender y como a Pepe le dijeron sobre la reunión de las chicas. Extrañamente ni Pepe ni Eduardo se hablaron durante ese martes y miércoles hasta la misma noche.

En un bar de San Telmo, un viejo bar conocido por los 4, se encontraron y al tiempo de los saludos aparecieron desde fuera Javier y Claudio...

Confundidos en abrazos, llantos, risas y demás demostraciones emprendieron la charla, quilmes de por medio, música argenta en los bafles, maní. Se contaron de esa charla en la terraza en la previa del asado al tiempo que los recién llegados sorprendían con la charla que los mismos en la madrugada habían tenido, intrigas parecidas, casi iguales se decían.
Mas cuando promediaba la conversa Claudio contó de aquella noche de fiesta en Málaga donde una vieja había dejado en sus manos una caja y lo relataba como una videncia ya vivida, con asombro recordando que le habían especificado un miércoles y ese día era miércoles!...

“pero la tenes todavía?” pregunto Javier
“ si, bolu, mas bien...” y saco de su bolsillo una pequeña caja muy bonita con ciertos dibujos tallados, la puso en la mesa, en medio de los cuatro...

“bue....quien la abre?” tiro Eduardo
“ yo, ni en pedo” dijo Pepe
“ Uy loco al final la abro yo...siempre los mismo, ustedes también se creen cualquier cosa, que va a haber si me acuerdo que ni ruido hacia, es mas la traje porque la vi de pedo...seguro que no hay nada...” sentencio Claudio al tiempo que la abría.

Desde dentro de la pequeña caja salieron tres monedas rápidamente y una después como que se había quedado atrás. Iguales, idénticas, las mismas que años atrás habían sido testigo de la separacion..pero esta vez y a modo de fin de pacto una nueva moneda se había integrado.