tintas

Cargando la lapicera con lágrimas, solo borrosas y horrorosas historias surgen.

No hay lucha más desigual que cuando se baten mente y corazón. Una sabe, otro puede.

Y si encima en vez de darles colores para plasmar vida le damos transparencias del alma, el resultado es la mueca más absurda de nosotros mismos.

Ahora bien, cómo entonces se hace para encontrar frascos de tinta en medio de tanto mar de aguas sentidas?

Quizás el comienzo está en el lienzo, que no es papel ni papiro, que no tiene forma pero si espíritu. Seguro que allí nuestras letras serán teñidas de las mejores tintas. Donde poder decir lo que esta dentro y que perdure en el tiempo? La escritura debe ser en medio de la misma vida, derribando miedos, descubriendo espacios. Dando libertades a experiencias secuestradas por la propia incapacidad.

Solo si de verdad sentimos será que lo escrito se transforme en vivencia.


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