Las palabras perdidas

Atardecer, el día estaba gris, se levanto. Paulo no sabia bien cuanto había pasado desde su caída. Comenzó a caminar. Al llegar al primer grupo de personas notaba algo extraño mas no daba con que era eso que aparentemente faltaba. Siguió observando, escuchando, algo faltaba...
A unos pasos de allí un hombre aguardaba sentado en un banco de plaza. Se miraron mutuamente, se sentó a su lado y casi sin decir hola comenzaron a hablar. Este hombre descubrió luego de algunas palabras su verdadera identidad.

“soy quien guarda las palabras en desuso, las que ya no se dicen, las que no se mencionan y quedan allí tiradas, sin que nadie mas de cuenta de ellas...”
“entonces ?....”
“entonces nada...es así...que es lo queres preguntar desde que te sentaste acá?”
“ quiero saber que le pasa a la gente, hay algo que no funciona...que es?”
“ justamente, es que se han quedado sin palabras, sin algunas de ellas. Te cuento. En un principio solo eran palabras antiguas, restos de lenguaje de antaño que por el correr de los años las costumbres y demás habían caído en desuso o habían sido reemplazadas por otras. Pero en los últimos tiempos esto se fue intensificando y las palabras que han quedado perdidas y ausentes son las mas importantes. En los tiempos últimos cayeron algunas palabras en mis manos. Por ejemplo la palabra amigo, cualquiera fuera el sexo, cada vez es mas poco consistente, porque la están usando en desmedro de la misma amistad, la están engañando, la están en ocasione mal usando. Cuantas veces se encuentran ante la terrible realidad de ver que quienes decían ser amigos traicionaron los estamentos propios de la misma palabra? Muchas, es entonces que al caer esa palabra la he recogido y la guardo.
Otro ejemplo es “amor”, son incontables las veces que se ultraja la misma, entonces también cae.”
“y nada se puede hacer?” interrumpió
“ si, quizás he aquí un camino ha recorrer si estas dispuesto...”
“quisiera...pero no se si podré...que debo hacer?”
“ sé que en algún lugar alguien aun guarda ambas palabras en forma pura, en su autentica magnitud, quizás podrías encontrar a esa persona”
“pero....no se por donde empezar”
“empeza caminando, escuchando, profesando ambas palabras no solo en la voz sino también en el alma...sé que podes”

Así, casi sin saber por donde ir, partió. En su camino encontró miles de personas. Miles de palabras no dichas, miles de frases sin profundidad.
Buscó por todos lados mas fue después de mucho andar que encontró la respuesta.
Es que fue cuando el mismo comenzó a decir las palabras perdidas que ellas volvieron a nacer. Así fue como al ver a Carolina dijo: “fueron muchos los pasos que caminé hasta vos, fueron mas los que nos distanciaron, pero fueron las palabras no dichas las que nos alejaron “ “ aquí estoy nuevamente para decirte Te Quiero...”
...al tiempo que las palabras brotaban de sus labios el entorno cambiaba, escuchaba “te quieros” en otras personas. Fue como una cadena que comenzaba a gestarse en sus palabras.
Volvió a la plaza, el banco estaba vacío, buscaba al viejo. Recorrió toda la zona. Cuando cansado se sentó en aquel banco desde allí lo vio. El viejo estaba en la calesita agitando la sortija entre las manos de los pequeños cazadores de fantasías. Se acerco.
Cuando la vuelta termino y la música toco una pausa le dijo:
“pero...no entiendo? Que haces acá?...creo haber resuelto el problema de las palabras perdidas, de aquella misión encomendada recordas?”...
“si...y es por ello, por el buen fin de tu misión que aquí estoy...ahora repartiendo vueltas y fantasías ya que se que tanto vos como Carolina harán que las palabras vuelvan a desencadenarse como una eterna magia...”

y se alejo del viejo mirando la escena intentando registrarla en su memoria cual foto eterna. y allí quedo esa imagen de un sabio viejo ocasional repartidor de fantasías que otrora fuere el guardián de las palabras perdidas.

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