Algunos
llaman lucecitas de colores, como aquellos espejos del pasado, baratijas del
alma, efímeros momentos de alegría. Sin embargo, en medio de la búsqueda más
intensa que es la propia, inserto en el fango de la propia incomprensión de lo
sucedido, atorado por parte del pasado y con un futuro que se aleja depende de
los pasos…allí donde aquellos no ven sequé mis lágrimas y aprendí a ver.
Descubrir
que en esa búsqueda hay más encuentros internos de los que esperaba, asimile
como caminar con el barro a la cintura, entendiendo cada tramo, aceptando, y
por fin soltando lo aprendido para dar vuelta la esquina famosa donde de seguro
habré de encontrarme.
Registros,
videncias, tarot, charlas del alma, constelaciones, y toda la fuerza de los
abrazos de las manos amigas que sostiene y levantan. Allí, aquí entonces viendo
en el espejo la fuerza para retomar los colores…allí, aquí me encuentro.
Así allí
aquí y donde sea, transitando el camino, con idas y vueltas, entregando en cada
paso la misma vida.
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