fuego y agua



...fuerza de vida sin arrollar...así era...algún horóscopo lo nombraba como asociado al elemento fuego.
Ese fuego traducido en calor, en calidez, en abrazos manos y cuerpo brindados al mismo mundo.
Así andaba transitando la vida aquel personaje. Y por aquella condición en ocasiones solía desbordar su esencia y quemarse a si mismo.
Muchos suponía que el buscaba alguien que trajera en si el elemento agua a fin de lograr un equilibrio, mas fue otra la lección que la misma vida le enseño.

Acostumbrado al agradecimiento por su calidez, por sus manos siempre prestas, por sus brazos preparados para un abrazo y por su cuerpo para llevar calor aun en días de frio la vida le había entregado buenas y malas alternando enseñanzas en el paso.

Quiso un día que su camino se cruzara con una dulce dama que traía consigo en apariencia el elemento agua, rápidamente se sintió atraído, velozmente puso marcha hacia ella no dando cuenta que en ese andar su elemento, fuego, iría quemando ya no solo a el sino a los demás. El resplandor del mismo le impedía ver y dar cuenta de lo que pasaba a su alrededor, de todas maneras el mismo fuego fue cercandolo...

Y fue un camino con aquella dama mas difícil de lo previsto. Ella, con su elemento lograba solo en algunas ocasiones equilibrar la parada. En el resto la mezcla de ambos era como un combustible que se disparaba al mismo alma del fuego provocando una explosión que a priori aumentaba su fuerza pero luego debilitaba. Y así sin saberlo ninguno de los dos día tras día se iban consumiendo.

Y llego el día en que aquella dama dio su golpe de gracia, cuando ya el personaje de fuego mas débil se encontraba disparo su ultima lanza, la que dio justo y apago la llama y con ello el alma.

Luego de muchas lágrimas aquel caminante  finalmente miro hacia atrás y vio el rastro de sus pisadas, por primera vez observo bien la escena y en ella se encontró tan afectado como a los demas, un rastro imborrable de huellas quemadas...

Penso entonces que la vida quería mostrar que no solo se trata a veces de querer sino de poder, aunque uno implique al otro, en cuestiones de dos, es menester que la armonía sea la guia. Ningún elemento absorbe al otro ni se superponen sino que se complementan.

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