Tiempos


Llegó hasta Jorge una vez mas alguien en busca de palabras.
Apurado, a ritmo extremadamente veloz se acerco. Hablaba pero sus palabras querían ir mas rápido que lo que quería decir.
“...quiero saber si podes ayudarme como solucionar mi problema, no puedo correr al tiempo mas siento que si no lo hago este me pasara por encima sin haberlo disfrutado, sin vivirlo. Es como que sé que es lo que vendrá y la mismo tiempo solo son pocas las veces que acierto con ello lo cual me trae profundas alegrias o estrepitosas caídas en desazón. Cada cosa, cada persona, cada situación de mi vida es así, y aunque mucho me han dicho que pusiera calma no lo logro. Ni pastillas, ni métodos varios, ni nada ha logrado acertar con lo que me pasa....”
“...bueno, intentare, contarte algo que sucedió hace tiempo a alguien que conocí en otro lado, alguien que quizás estimado amigo tenia el mismo problema que vos. La historia de la que te hablo es esta...”

Vivía cinco minutos antes que todos. Sabia lo que sucedería antes que esto ocurriera. Su vida estaba entonces plagada de relativos aciertos. En lo material era una fortuna la que tenia ya que sabia cual seria, por ejemplo, el proximo numero en los juegos de azar o la proxima carta; con ello y así había forjado un presente y cimentado un futuro. En lo personal y afectivo había sido agraciado con la dicha de saber de ante mano cual seria la respuesta de aquella pregunta a tal o cual mujer. Ventajas aparentes. Pero como era que el lo sabia? Era una visión, como un cerrar de ojos durante unos segundos y ver la imagen exacta de lo que vendría. Así entre la posibilidad de ver mas allá transcurría su vida que por cierto era monótona.
Porque el se sentía así? Porque ya nada ni nadie alcanzaba sorprenderlo y la vida sin sorpresas si bien es muy tranquila también lo es chata. Tranquilidad traducida en una pasar económico total pero quizás solo eso. Y solo eso es muy poco en esta vida.
La historia cuenta que cierto día estando sentado sabiendo que el atardecer llegaría en un rato y que seria estupendo llego hasta el una mujer. Una especial por primera vez.
Ella a diferencia de el vivía con cinco minutos de retraso, entonces su vida estaba plagada de infortunios varios, desde haber llegado tarde hasta haber gastado dos veces la misma cifra. Imposible tener y retener algo así.
El la miro desde su banco, ella lo observo al pasar. Por primera vez el no había sentido la llegada de alguien, como que su “habilidad” no había funcionado. Ella luego de 5 minutos por primera vez no había sentido ese retraso y quizás por primera vez también estaba viviendo al tiempo que el mismo tiempo decía y marcaba.
De un dialogo común, de cómo estaba el día, de diferentes cosas normales la conversa dio marchas y contramarchas. Ambos al tiempo que la misma vida marcaba. Desde aquel mismo día fueron muchos los días que juntos pasaron.
La situación era inmejorable para Javier porque podía vivir las cosas a tiempo, porque estaba siendo sorprendido. Carolina por su parte sentía que las cosas por primera vez no tenían sabor a derrota, no eran pasadas, vencidas sino por el contrario y a una suerte de cambio profundo, entonces sentía que estaba parada exactamente donde debía y quería.
Pero el problema estuvo cuando el, quiso acercarse a ella mas allá de lo que el tiempo marcaba, sentía un profundo sentimiento pero no podía decirlo, era como que por primera vez al no saber la respuesta no se atrevía, o no le salía, o no podía....lo que fuera pero el tiempo pasaba...
El tiempo....ese ex-tirano en ambas vidas parecía jugar su suerte en la partida. Carolina sabia que algo debía pasar pero no atrevía a mirar siquiera para atrás por no ver que hubiera pasado y ella hubiese estado ausente como tantas otras veces. Y mirar adelante no era algo a lo que estuviera preparada.
Entonces entre lo que los dos no querían perder y lo mucho que no sabían ganar, transcurría, se diluían los momentos que vividos casi a pleno eran poco menos que eternos.
La verdad es que ninguno de los dos pudo nunca y ambos quizás por las cosas que este destino quería separaron sus caminos. Y cada uno un buen día volvió a su antigua vida.
Cuentan que un día el vio llorar a su propia imagen en el espejo. Era la imagen del ultimo día, el final anticipado de su propia vida, y por primera vez también lloró...

Ambos se quedaron mirándose, las historias con finales no convencionales sabían a notas disonantes en una armoniosa melodía. Cuando lo que se espera no es lo que llega se acrecientan los silencios. Y eso Jorge lo sabia.
“te das cuenta?. Aunque las diferencias entre ambos pudieran de antemano augurar un todo no siempre aquellas partes desiguales se complementan. Aquellos desecharon su propio destino por motivos contrapuestos. Uno por vivir mas rápido de lo que debía y la otra por hacerlo pero mas lento. Aunque ninguno de los dos tuviera culpa de lo que de nacimiento les sucedía ambos torcieron el destino que juntos los quería. Es que la vida estimado amigo es para vivirla y aunque mil veces escuches estas palabras el secreto esta en meterlas dentro. La historia dirá que al final pasaremos revista entre lo intentado y lo no intentado y si la balanza se vuelca sobre el primer plato al vida habrá sido bien vivida, mas allá de los aciertos mas allá de las derrotas lo que pesan son los intentos. Y a mi me parece que quizás vos estés yendo mas rápido en pos de las alegrías, más pensando en un resultado, en una carrera alocada. Quizás no lo veas pero esta ahí el problema. Cuando acertas la alegría te invade y no estas haciendo mas que obtener el don de Javier y cuando erras el giro va hacia el lado de ella. Pero en ambos casos el tiempo no esta siendo tuyo sino de el mismo. Y quizás atrapar ese tiempo sea la meta inmediata. Hacerlo propio, vivirlo, sentirlo, darle real significado. Y si el que vendrá es una incógnita, bienvenida sea esta!...porque sino estarías como ante las letras de un hermoso libro al cual le queres espiar el final con anticipación. La vida corre por el mismo camino....quizás sea momento de subirte al mismo sendero...a intentar, a hacer valer el tiempo...”

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